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Voto de Reaccionario:
5
Comedia. Drama. Aventuras Obra maestra de Chaplin, en la que interpreta a un solitario buscador de oro que llega a Alaska, a principios de siglo, en busca de fortuna. Una fuerte tormenta de nieve le llevará a refugiarse en la cabaña de un bandido. En 1942 fue reestrenada en versión sonora. (FILMAFFINITY)
21 de octubre de 2012
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Juraría que la versión original con la música y los letreros con texto supera a la que he visto esta última vez con la narración de una voz en off, voz añadida en la versión de 1942. Aunque hay veces en que la información que da puede ser interesante, una película aunque sea muda es lo suficientemente explícita para no necesitarla. Además, de algún modo llega a alterar el mensaje que el producto original transmitía mediante la mímica, la música y las actuaciones.

Sea como fuere nos encontramos con uno de los grandes clásicos de Charles Chaplin, algo sobrevalorado como suele suceder con su filmografía, pero más que digna. Algo inferior a "Luces de Ciudad" y seguramente a "Tiempos Modernos" pero mejor que el "Chico", "El Gran Dictador" y, por su puesto, que sus últimos trabajos, "Monsieur Verdoux" o "Candilejas". Diría que "La Quimera del Oro" es la clásica comedia romántica. Una parte realmente divertida, especialmente la primera mitad, con un Chaplin atosigado por el hambre y su compañero de cabaña; y otra, puramente romántica en la que Chaplin persigue a Georgia. Y pese a que en conjunto la película es agradable de ver, tal vez se echa de menos el humor del principio en los restantes minutos mientras que la historia con la chica me parece bastante precipitada y no muy de mi gusto. Me parece que este intento de Chaplin de fundir lo humorístico con lo sensible no le acaba de salir demasiado bien, cosa que si consigue en "Luces de Ciudad" con bastante más encanto.

No obstante lo dicho, "La quimera del oro" tiene la magia de lo auténtico. Es amena, divertida y triste por momentos. Además cuenta con secuencias que han pasado a la historia dentro del séptimo arte como la famosa comida de una bota. Incluso me atrevería a afirmar que logra transmitir lo intangible de otra época, la esencia de unos años tan lejanos como 1925 o 1896, supuesta fecha en la que está ambientada. En este sentido consigue producirte, aunque de modo mucho más modesto, las sensaciones un tanto místicas que describo más ampliamente en "Leyendas de Pasión".
Reaccionario
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