Después de "Tamako Market" (2013), la presente película pone punto y final a esta historia, precisamente en su lado más romántico, aspecto solo esbozado en la serie. Como apunté en mi crítica sobre los dibujos animados, "Tamako Love Story" me daba "buenas sensaciones" pero también me generaba dudas, para empezar porque no estaba seguro si iba realmente a ser una historia de amor. Si os acordáis, en la serie ella no parece mostrar ningún interés en su vecino. De hecho, los propios dibujos anticipan lo que vendría a ser el leitmotiv de la película: si Tamako es feliz y quiere que nada cambia, ¿acaso no sería lógico que rechazara cualquier alteración en su forma de vida o en sus sentimientos? Es decir, Mochizou debería seguir siendo el amigo de su infancia y nada más. Este es el mayor problema al que se enfrenta Naoko Yamada pero lo resuelve con elegancia, haciendo creíble y dotando de calidez humana al relato. Su secreto pasa por aceptar el cambio, pero el cambio puede ser incluso la mejor forma de conservar las cosas como están, para ser igual o más feliz aún. Sin embargo este viaje sentimental es tan maduro, lógico y sensible, que la historia bien podría ser la de un gran amor, si va por un lado, como la de un triste fracaso, con Mochizou con el corazón roto, si va por el otro. Y esto no se decide prácticamente hasta el desenlace.

"Tamako Love Story" puede ser desdeñada por algunos, bajo el pretexto de que no es más que "moe de Kyoto Animation", pero aunque en cierto modo es así, también me parece un trabajo notable. De hecho, por ejemplo, tiene sustancialmente más arte que "Rascal Does Not Dream of Dreaming Girl the Movie" (2019), sólo hay que ver los encuadres, el juego de la paleta de colores o sus secuencias cumbre. Con todo, también es mejorable. La trama es demasiado simple y me temo que previsible, los sentimientos de Tamako no se muestran con mucha claridad porque están buscando sorprendernos con su gran final, es decir, ¿qué decide Tamako?, y echo en falta al menos quince minutos más para resolver algunas cuestiones pendientes, la conclusión me resulta algo brusca (SPOILER). Dicho lo cual, la película se crece porque su retrato humano es acertado, su mirada sobre el amor, sincera, pasional y romántica, y su tono suave y su hermoso dibujo, el estilo Kyoto Animation, mezclado con algunas notas de humor, hacen que su visionado sea muy agradable. Efectivamente, es todo muy lindo, muy tierno y muy bonito. Y sobre todo, porque queremos a sus personajes: Mochizou tiene todas nuestras simpatías porque sabe amar y Tamako, porque es tan adorable, tan deredere o más que en la serie, bella, afable, buena, frágil, dulce y pura. Maravillosa.