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3
Terror. Drama Owen es un niño triste (Kodi Smit-McPhee), maltratado por sus compañeros de clase y abandonado por sus padres divorciados; sin embargo, algo cambiará en su solitaria vida cuando conozca a Abby (Chloe Moretz), una nueva y misteriosa vecina, que vive con su silencioso padre (Richard Jenkins), y con quien entablará una particular amistad. Remake norteamericano de la celebrada película sueca "Déjame entrar" ("Let The Right One In"). (FILMAFFINITY) [+]
20 de octubre de 2012
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que podría haber sido una obra sorprende, retorciendo el potente mito de los vampiros, ésta vez con niños, acaba siendo poco más que una horterada tan insulsa y tonta como el desenlace. Diría que es una especie de "Crepúsculo" para deprimidos o una copia devaluada de "El Ansia" pero con menos... de todo. Antes de seguir aviso que no conozco la original sueca rodada por Tomas Alfredson por lo que no entro en el debate de cuál es mejor o peor. A mi esta no me ha gustado y me temo que me va costar acercarme a la anterior.

Sea como fuere, Matt Reeves nos despacha un trabajo con altas pretensiones pero mal planteado, que divaga en cuestiones muy accesorias. Por ejemplo, toda la parte de Owen (Kodi Smit-McPhee) en la que es acosado en la escuela es un estorbo. Si lo que interesa aquí es la relación de Owen con Abby (Chloe Moretz), céntrate en ella y no pierdas el tiempo en esa parida sino quieres que tu película caiga en una especie de clase de autoayuda para apocados. Porque esa es otra, el niño tiene una pinta que te asusta. Confieso que poco antes de meterse en la piscina tuve miedo de lo esquelético y huesudo que está. Si es que parece un vampiro. Digo yo con esa clase de protagonista, ¿quién se va a sentir identificado con él? Eso sí, a mi Abby me cae simpática. Hasta me da penita. Lástima que la historia no tenga la mordiente (nunca mejor dicho) para apuntalar ese romanticismo que pretende, primero por las edades que tienen, segundo porque el niño es un poco tonto y tercero porque esa relación está bastante forzada, como muy de imperativo de guión.

Claro que dándole vueltas a "Déjame entrar" hay una serie de cuestiones que no las entiendo. Pero como no quiero desvelar la trama les pondré en el SPOILER. Lo que si es una constante en los relatos vampíricos de los últimos años es la de presentarnos esta condición como una especie de enfermedad en vez de como una maldición o pacto diabólico. De esta forma el vampiro se puede convertir en un tipo excelente que, por desgracia, necesita sangre humana para vivir. De ahí, a pedir tolerancia y respeto para esta forma de ser hay un paso que ya hemos dado. Pero dicha transformación convierte el mito vampírico en algo incomprensible, anodino y hasta sin ningún interés, todo lo contrario de lo que sucede en la fórmula clásica llevada al límite en "Drácula". Incluso hay un diálogo calcado al de la genial película de Coppola. "Qué eres" "No soy nada". La diferencia es que con Gary Oldman, te se saltan las lágrimas y aquí, te da la risa.

Y hablando de risa, esta "Déjame entrar" me da pie a exponer un argumento para una película que me lleva rondando desde hace tiempo. El título sería "Mi novia es una vampira" (o algo parecido) en plan comedia de enredos y sátira, pero bien hecha. El argumento podría ser que un humano conoce a una joven, se enamoran pero descubre que ella es una vampira. Aún así como es guapa, cariñosa, buena chica y tal, la sigue queriendo. Además, no nos engañemos, le tiene un poco de miedo. Así que la relación sigue pero él hace todo lo posible para que nadie lo descubra. Imaginaos qué de situaciones comprometidas pueden darse. No me digáis que no sería un bombazo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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