Por si no teníamos bastante con un solo San Bernardo en "Beethoven" (1992), nos llega ahora una pellita de cachorros, además de sus papas. La trama no ofrece dudas viendo el cartel pero si no, es evidente cuando perro conoce a perra, con su lacito rosa y todo. Atención porque este romance canino tiene más emoción que el de muchos protagonizados por seres humanos. El cualquier caso, la familia crece pero mientras tienen que decidir lo que hacen con ellos, hay un par de malos que quieren llevárselos. Por cierto, que la villana se inspira claramente en Cruella de Vil, lástima que no le den un tono más dulce.

Correcta aunque limitada continuación de la original de Beethoven en la que se saca petróleo de la presencia animal. Trama simple y escaso humor para un conjunto agradable de ver, sobre todo por los chuchos, pero que a veces puede pecar de excesivamente edulcorado. Por ejemplo, la trama de la hija mayor, a propósito, esta actriz, Nicholle Tom, es feucha aunque luego mejoró un poco con los años, a veces puede resultar ridícula por tópica y paternalista en el mal sentido de la palabra. No es gran cosa pero se puede ver en familia. Eso sí, su tema principal es tan bueno que estuvo nominado a los Oscars.