Steven Sodebergh vuelve a la carga con la siguiente entrega de la cuadrilla de los once. Si la original se desenvolvía como una de robos dentro de la más pura ortodoxia, la que estamos comentando rompe moldes por su heterodoxia declarada. Todo aquí está más agitado, tiene menos coherencia y es más alocada. Hay momentos en los que el espectador se pierde, cosa que en realidad no importa para nada pues el guión es lo de menos incluso para los creadores. Mientras tanto el director sube un peldaño en el desenfado, el humor y la autocomplacencia de sus estrellas creando de este modo situaciones realmente divertidas. No obstante, pese a sus lagunas, sus meteduras de pata, sus idas de pinza (cuando Tess (Julia Roberts) se hace pasar por...SPOILER) y su final realmente tramposo, "Ocean's Twelve" es tan simpática como inverosímil y complicada. En definitiva, puro espectáculo para todos los públicos, superficial y chorra, pero espectáculo a fin de cuentas.

Dicho lo cual, esta fiesta permanente en la que viven nuestros amigos se ve aderezada por la imponente Catherine Zeta-Jones en el papel de Isabel, detective de la Europol, a la caza de esta banda. Yo no sé si es por comparación con la gata galesa o no, pero Julia Roberts me resulta más horrorosa aún que en la del 2001. Siente uno dolor cuando Danny (George Clooney) se le acerca con intenciones amatorias. Mientras tanto sorprende la presencia de un poderoso rival, "El zorro nocturno", que pese a lo que puedan pensar los demás, para mí es el mejor ladrón de todos pues lo que hace es imposible para el resto. De la banda, volvemos a destacar al dúo formado por George Clooney (Danny Ocean) y Brad Pitt (Robert "Rusty" Ryan), tan atractivos como siempre y con una enorme complicidad en la pantalla, como con en el resto del reparto. Todo lo cual nos lleva a que, lejos de parecernos unos bandidos, el delito les sienta de maravilla. Y si no, que se lo digan a Isabel o a Tess.