A diferencia de las anteriores películas, este film carece de la lucidez de Bryan Singer, el nos acercaba los personajes de tal forma que los “poderes” que ellos tienen, pasan a ser una incapacidad para la sociedad, esto conlleva a que la historia de los personajes tomado en grupo, sea mas una expresión de las diferencias que se muestran todos los días, en la sociedad (discriminación).
Volviendo a la tercera versión de la saga, extrañamos la cercanía de los personajes que se trabajo de buena forma en las anteriores, dejándonos una distancia entre el espectador y la historia, con esto se le quita seriedad a la trilogía dejándonos solo con la visión que cualquiera persona puede tener de los comics, es decir, figuras que solo están ahí para entretener de forma liviana y extremadamente fantástica que solo nos lleva a disfrutar de las historias solo el momento en que se leen, en este caso solo disfrutamos de la película solo cuando lo vemos, sin dejar nada en el espectador después de ver los créditos finales.
Cumple a la perfección con las típicas películas comerciales que solo buscan entretención, se agradece la agilidad en cuanto al ritmo de la película, haciendo de esta la diversión que se buscaba al pagar la entrada.