Los días finales Capone, aquel genio de la Mafia, una historia nunca antes contada. Está como de moda ese arco crepuscular gansteril, es mentira que la buena de Irishman haya sido la pionera de eso, ya antes El padrino 3 y la misma Camino a la Perdición tocaban ese tema de los últimos días de los poderosos de la mafia. Capone tiene fuerza, y tiene interés en lo que representa su figura, incluso puede ser el mejor trabajo de dirección de Trank a la fecha, hasta tiene un Hardy esforzado y completamente entregado. Pero el problema de Capone es que divaga demasiado sobre lugares y secuencias que después de verse tres veces parecen aletargar la experiencia, creo que ese tratamiento y falta ambición en el guion lastra las buenas ideas de una película con secuencias realmente buenas. Y es que Trank parece querer sobre explicar el estado mental de nuestro protagonista y no profundiza más allá de eso, la ocasión se prestaba para una redención sobre el pasado y el poder o un lamento total sobre ya no ser ni la mitad del hombre que fue y lo que eso representaba. Ese halo interesante de perderlo todo. Es eso, el filme se centra demasiado en repetir y repetir, hasta llegar a un clímax extraño hacia el final, extraño y poderoso visualmente, con su referencia directa a una de las joyas del cine de mafia. Lo que si funciona muy bien en el filme son los secundarios, aunque el tratamiento del guion no les dé oportunidad de desarrollarse más entre la trama. A Hardy hay que agradecerle el esfuerzo, aunque en ocasiones sintiéramos que estábamos viendo cualquier personaje menos a Capone. En todo caso no es un filme detestable, es una recuperación de la horrenda e incomestible Cuatro Fantásticos. Es que Trank ya sabía que no podía hacer algo peor. Por ahí les queda la recomendación si quieren ver un drama diferente.