Empecé a ver Cobra Kai con reticencias. Alguien tiene que decirlo: hay demasiado subproducto en el cine y la televisión que apela a la nostalgia para disimular sus carencias. Está de moda hacer series y películas que nos recuerden a los 80/90 y que no tienen absolutamente nada que aportar más allá de referencias y homenajes.

Cobra Kai NO comete ese error. Independientemente de la existencia previa de Karate Kid, esta serie tiene la suficiente calidad como para merecer su visionado. Así pues, fans o no de Karate Kid, dadle una oportunidad a Cobra Kai.

Uno de los grandes aciertos de Cobra Kai es que, pese a ser una serie con un enfoque ligero en sus personajes y tramas, no comete el error de ofrecerle al espectador un guión facilón con un desfile de buenos y malos enfrentados a través del karate.

En Cobra Kai nada es lo que parece y la evolución de sus personajes y tramas no siempre toma los derroteros que podrías imaginar. Habría sido mucho más fácil retomar la rivalidad de Miyagi-Do y Cobra Kai con un enfoque de buenos versus malos. Habría sido más fácil caer en los tópicos de siempre, donde los abusones forman parte de Cobra Kai y los frikis inadaptados se entrenan en el karate para defenderse de ellos a través de la figura de LaRusso.

Sin embargo, la serie opta por adaptarse a los tiempos y ofrecernos algo distinto. Este hecho, junto a unos protagonistas divertidos y entrañables y una duración de tan solo 25/30 minutos por episodio, hará que devores las 2 temporadas (hasta el momento) de la serie.

Cobra Kai es una de las mejores series de estos últimos años, y lo es pese a optar por una propuesta sencilla y ligera, alejada de tramas más pretenciosas que acaban haciendo aguas fruto de guiones que no están a la altura de las propuestas.

Junto a Wayne, la mejor serie de Youtube Premium, y una serie a la que seguir la pista. Si estás cansado de las series hechas en modo cadena de montaje (véase Netflix) dadle una oportunidad. No os arrepentiréis.