No pude ver ninguna película de Jean-Paul Belmondo mientras vivía, pero al enterarme de su fallecimiento me lo tomé como una señal de que había que ponerse a ello ya, y así poco a poco lo estoy haciendo; ahora es el turno de 'Asalto al banco de Montreal' con la archiconocida Kim Cattrall (cortando la respiración en una escena) en su reparto.

Belmondo interpreta a un ladrón de bancos simpático que pone sus ojos en el banco de Montreal para vaciar la caja, acompañado de algunos compinches mientras él va vestido de payaso sembrando la risa y el caos; a pesar de sus estrafalarias apariencias, se verá que Grimm (Belmondo) no solo es un as del disfraz, sino un gran estratega y una persona íntegra, aunque suene irónico viniendo de un atracador.

Por su sinopsis puede parecer que es una cinta seria. Nada más lejos de la realidad. La cinta es sobre todo un divertimento donde Belmondo y compañía hacen estragos en el banco en un atraco que dura un buen rato con sus momentos destacables como la llamada desde la cabina o los diálogos entre el ladrón y el comisario y en toda la ciudad, especialmente gracias a un personaje secundario llamado Lasky que les dará tan por culo a los protagonistas que recuerda al mismo T-1000 que saldría unos años más tarde por las veces que los persigue sin descanso.

No hay ninguna lección filosófica que extraer ni un nivel excelso de cine. Esta producción es simple y llanamente un filme para estar entretenido durante casi dos horas y lo consigue sin excesivos problemas por sus situaciones de enredo y el carisma de Jean-Paul Belmondo, quien a pesar de que ya no está entre nosotros, todas sus películas sirven para saber quien fue el actor francés y de lo que era capaz de hacer durante sus más de cincuenta años en el mundo del cine.