He de reconocer que las canciones de Whitney Houston no van con mis gustos musicales habituales, y que no tengo ninguna canción suya en mis playlist. Pero me considero un admirador de la belleza en todas sus formas, y la voz de esta chica lo era y mucho.

Ese el motivo por el que me animé a ver este biopic. Y no me ha decepcionado. Al contrario.

La película se centra más en sus momentos álgidos y gloriosos que en su decadencia, y me parece bien. Que se recuerde a Whitney como la megaestrella de voz prodigiosa, y no como un juguete roto más.

Cuenta con una estética muy estilo videoclip, pero sin llegar a ser un musical puro y duro. De producción lujosa y muy cuidado vestuario, que activa tus cuerdas de la memoria y te traslada a los maravillosos 90 durante la primera hora y media.

Tiene momentos realmente emocionantes, como cuando canta de solista en el club donde hacía los coros a su madre, y es descubierta por su futuro manager. El himno en la superbowl. Su última actuación en los Grammys..Ahí es cuando su brutal talento para el canto luce en todo su esplendor.

La actriz que asume el reto del personaje está muy correcta, y el gran Stanley Tucci como siempre, perfecto.

Este film es especialmente recomendable en estos tiempos, donde cualquiera se hace llamar cantante (Rosalias, Karol Gs, etc.....), para poder recordar y admirar a la cantante más grande de la historia y lo que de verdad es una gran voz.

Por cierto, siempre que escucho sus canciones, me viene el recuerdo de aquella chica a la que invité al cine a ver El Guardaspaldas en mi tierna adolescencia.