Me suelen hacer gracia las comedias y más si son francesas, pero esta me ha dado vergüenza ajena. La cinta de Patrice Leconte es como el típico conocido imbécil que todos tenemos que siempre suelta un chascarrillo en el momento más inoportuno. Un idiota redomado que piensa de sí mismo que es el tipo más gracioso del mundo pero que en realidad no tiene nada de cómico. Es más, cada desesperado intento por parecer gracioso ante los demás destapa su naturaleza estúpida.


Con un guion basado en la obra de Florian Zeller, la historia nos presenta a un protagonista detestable que a medida que avanza la cinta comienzas a odiar hasta niveles exagerados. Lo único que este tipo desea es escuchar con tranquilidad una cinta de jazz. Sin embargo, se irán presentando diferentes personajes en su domicilio que convertirán esto en una misión imposible.


Lo único bueno es la aparición de Rossy de Palma que sí que me hizo gracia en algunos momentos. Por lo demás, no os dejéis engañar por su premisa divertida y su corta duración. Es una cinta completamente prescindible. Y pensar que es del mismo director de la fabulosa ‘’La chica del puente’’. Va a ser verdad eso de que los años no sientan bien a todos. La recomiendo solo para alguien a quien odiéis mucho y queráis amargarle la tarde o para esos conocidos idiotas que se creen graciosetes (a ver si se ven reflejados y cambian de perspectiva que cansan lo que no está escrito).