Más allá de la frase remanida, esta película francesa de Justine Triet presenta la historia de una psicóloga devenida en escritora que se entrelaza con una directora de cine y una actriz. Las tres atraviesan distintos tipos de crisis emocionales y existenciales.

Por Nicolás Bianchi

Es difícil definir el tema de esta película dirigida por una de las directoras nominadas al Oscar en 2024. Por un lado, es una película de personajes. O sea, gran parte de la experiencia consta en entender lo que pasa con la protagonista Sibyl (Virginie Efira). Esto abarca tanto su presente como su pasado. De la misma manera, se contemplan sus deseos y frustraciones.

En principio, el guión de Triet, Arthur Harari y David H. Pickering exige cierto esfuerzo de parte del espectador (esto siempre se agradece). Con respecto a esto, no es tan sencillo armar el rompecabezas que es Sibyl. El personaje desea poner una pausa en su trabajo como psicóloga para dedicarse a escribir una novela. Rápidamente, también sabemos que Sibyl es una alcohólica recuperada.

En su primera parte, este film se dedica a presentar este personaje. A veces no es del todo sencillo discernir qué es lo que sucede en el presente y qué es lo que forma parte del pasado de esta mujer. Además, como ha empezado a escribir una novela hay escenas que podrían ser de ese nuevo relato en construcción. En cuanto a sus planes de dejar la psicología esto se cumple casi por completo. Sibyl queda con una sola paciente, la actriz Margot (Adele Exarchopoulos).

A su vez, Margot está en una profunda crisis emocional después de vivir un romance con un actor, Igor (Gaspar Ulliel), que la ha dejado embarazada. Este hombre es la pareja de la directora de cine de una película que se está rodando y en la que tanto él como Margot participan. Se trata de una situación delicada por distintos motivos. Ahora bien, Sibyl comienza a aprovechar todo este enredo romántico para nutrir a su novela.

La última de las tres mujeres importantes de la película en aparecer en pantalla es Mika (Sandra Hüller), directora de cine y pareja del actor Igor. Para lo que nos concierne como espectadores Mika está frente a un problema porque se ha enterado de la infidelidad de su hombre en medio del rodaje. Más allá de todo, decide continuar para finalizar la película.

Los momentos más tensos y climáticos de esta historia, justamente, se producen durante el rodaje, al que Sibyl se incorpora como soporte emocional de la alicaída Margot. Además, como es esperable, la relación entre Margot y Mika es tirante. Quizás no sea tan fácil determinar de qué habla esta película. Probablemente, sea nada más y nada menos que el viaje de estos personajes. Más allá de estas consideraciones, el viaje resulta interesante.

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