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España España · Madrid
Voto de jokinr:
7
Drama Basada en hechos reales. Philomena Lee, una adolescente irlandesa que vivía en un internado de monjas, se quedó embarazada y se vio obligada a dar a su hijo en adopción. Cincuenta años después, decide contárselo a su hija y se pone en contacto con un periodista de la BBC para que le ayude a contar su historia y a encontrar a su hijo. (FILMAFFINITY)
22 de agosto de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es increíble la habilidad de Frears para hacernos comulgar con ruedas de molino. Hace unos años se atrevía a presentarnos una hagiografía de la monarca británica Isabel II (y de paso un lavado de cara de Anthony “Bombitas” Blair, que buena falta le hacía) como si estuviéramos presenciando la biografía de la víctima principal del accidente en que murió Diana de Gales; y con esta Philomena nos regala de la manera más salada y sandunguera exactamente lo que anuncia uno de sus protagonistas en el inicio del filme: una “historia de interés humano”, definida por ese mismo personaje (más o menos) como aquella historia protagonizada por seres débiles, ignorantes y vulnerables para ser degustada por seres débiles, ignorantes y vulnerables. Es decir, carnaza periodística acríticamente sentimentaloide para paladares acríticamente sentimentaloides, en una definición más personal.
¿Pero cuál es la habilidad de Frears? Convertir estas ruedas de molino, esta carnaza humana en un producto cuando menos digno (Philomena), si no verdaderamente interesante (La reina), desde el punto de vista cinematográfico. No en vano posee el director británico un oficio exquisito que le permite presentarnos una historia poco sustanciosa en un producto que se “consume” sin apenas darse uno cuenta, gracias también (¡cómo no!) a la impagable presencia de Judi Dench y a su compañero Steve Coogan (además de actor, coguionista del filme).
Y no es que la historia de Philomena Lee no sea digna de ser contada; lo que ocurre es que el enfoque que le da el guión, es decir, ese sentimentalismo de corto vuelo, casi raya en la indignidad. Porque, ¿dónde quedan las condiciones sociales de una chica de la clase obrera en la empobrecida Irlanda de los años cincuenta?, ¿qué pasa con el papel socio-político e ideológico de la Iglesia Católica en ese país, que parece jibarizado en la película en un malvado y unidimensional personaje (o grupo de personajes) digno de una mediocre peli de Harry Potas (carnaza); es decir reducido a un asunto de psicología patológica individual?, ¿y qué pasa sobre todo con esos millonarios compradores de niños, más allá de la responsabilidad de los manejos de una conocida estrella de Hollywood para conseguir un hijo a un precio más o menos módico, lo que no deja de ser por cierto más carnaza para ese público fácil del que hablamos?, ¿por qué ni una sola referencia a los padres del chaval que pagaron esas mil libras por el bebé?, ¿por qué no hay referencias a las contradicciones ideológicas de esos padres-compraniños miembros del ultraconservador y ultracristiano Partido Republicano?, ¿por qué no se ahonda en las contradicciones de la propia Philomena, presa de una ideología que la oprime? ¿por qué, en definitiva, no hay ni rastro del componente de dominación de clase en esta terrible historia que no sólo se dio en Irlanda, sino también en España y en otros lugares?
Concluyendo, esperemos que Stephen Frears vuelva a dedicar su enorme talento a historias más sustanciosas y menos hipócritas, más cercanas a títulos como “Las amistades peligrosas”, “Los timadores”, “Héroe por accidente”, “La furgoneta” o algunas otras que han hecho grande su cine.
jokinr
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