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Voto de The_End:
5
Terror Una noche, Lena (Olga Fedori), que trabaja como chica de la limpieza en Heathrow, pierde su bus y se ve obligada a quedarse en la casa de una compañera. Allí descubre que sus padres tienen un hobby: encerrar a la gente para torturarla. (FILMAFFINITY)
27 de octubre de 2008
8 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sitges tiene algo especial, algo único, algo con lo que nació el festival y nunca ha desaparecido. Cada año se dice que se pierde un poco del alma del festival, que los organizadores, en su afán de hacer un festival para todos los públicos, destruyen el espíritu del certamen. Eso dicen. Y de día, con incursiones de pases infantiles, películas que no se explica como es que están en la programación, con un glamour ajeno a los orígenes, puede parecer que sí. Pero cuando cae la noche Sitges vuelve a ser lo que siempre ha sido. Y nadie ha podido ni podrá cambiar esto. El verdadero Sitges comienza de madrugada, sin menospreciar lo que se ofrece antes.

Una de la madrugada. Meccus y un servidor se dirigen, ya contentos con los primeros vodkas, al cine "el retiro"; el más viejo de la ciudad. Increíblemente, como cada año, se llena.
Suena el primer timbre, y todos cogen asiento y el gran barullo de la sala comienza a disminuir. Dos timbres más, y las puertas se cierran y ya nadie más puede entrar. Después de la charla de turno del jefe del festival, primera peli de la sesión "Midnight X-Treme". Luego llegarían otras dos, entre las que se incluye "Mum and Dad". Entramos a la una, salimos a las 6.

La primera película fue mala. Y cuando una película es mala en una sesión nocturna en Sitges, significa que una persona asiste a uno de los mayores espectáculos del mundo. Risas, aplausos, gritos, insultos, tirada de papel higiénico por parte del sector oeste...Verdaderamente, he de admitir sin mucho orgullo, que un servidor y su acompañante, la liaron bastante. Aunque mi acompañante más. Yo solo me deje llevar por mis impulsos (y por el alcohol), cuando en la décimo tercera vez que aparecía un fuera de campo de un asesinato (veamos, íbamos a ver gente destrozada, no fueras de campo con gritos penosos), me levante, y con el puño en alto comencé a gritar "¡Comunistas!, ¡traidores!". La sala aplaudió mi comentario, aunque no a rabiar, como cuando alguien grito desde la grada norte: "¡No se entiende!" Los últimos 5 minutos fueron apoteósicos. Parecía que de un momento a otro las últimas filas se fueran a levantar y prenderle fuego a la sala. La gente que asistía por primera vez a algo así, estaban entre asustados y descojonándose del panorama. Nunca una peli tan mala será recordada con una sonrisa tan grande. Es lo que tiene Sitges.

Sigo en spoiler, leer sin miedo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
The_End
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