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España España · barcelona
Voto de clapton:
8
Intriga. Thriller. Ciencia ficción En Finlandia, en 1923, el paso de un cometa hizo que los habitantes de un pueblo quedaran completamente desorientados; incluso una mujer llegó a llamar a la policía denunciando que el hombre que estaba en su casa no era su marido. Décadas más tarde, un grupo de amigos recuerda este caso mientras cenan, brindan y se preparan para ver pasar un cometa... (FILMAFFINITY)
28 de octubre de 2014
105 de 115 usuarios han encontrado esta crítica útil
He oido calificar al guión de la película de brillante, bien, tampoco es para tanto, ni es tan intrincado ni tan difícil de seguir. Se basa en suponer que el paso de un cometa provoca una serie de supuestas paradojas cuánticas en una reunión de amigos.
La película se ve con interés, tiene buenos toques de humor, un aceptable nivel de suspense y algún leve sobresalto. Las paradojas espacio temporales siempre te fuerzan a mantener la mente despierta, sin que por ello haya que analizar hasta el último detalle de las inevitables incoherencias, sí, que siempre se dan en estos temas.

Baste señalar, por clarificar conceptos, que la paradoja del gato de Schrodinger, consiste en que dentro de la caja el gato está vivo y muerto al mismo tiempo, pero se trata del mismo y único gato, no de que dentro de la caja haya dos gatos, uno vivo y otro muerto. Más que nada porque el peso de la caja aumentaría misteriosa y objetivamente, lo cual sería observable sin necesidad de abrir la caja. Es decir, que podemos hablar de dos universos, si se quiere, uno con el gato vivo y otro con el gato muerto, que coexisten simultaneamente, pero difícilmente conseguiremos reunir a “los dos gatos” en un mismo universo. Dicho de otro modo, en mecánica cuántica una partícula puede estar simultáneamente en dos sitios al mismo tiempo, lo cual no quiere decir que existan “dos partículas” que puedan reunirse en un mismo lugar y darse la mano o romperse la cabeza la una a la otra, como sucede en la película, sino que se trata de una sola partícula que está en dos sitios diferentes.
Así pues el guión cae en las típicas incoherencias, muy divertidas, eso sí, de la fantaciencia que nos propone encontrarnos con nuestro otro yo proviniente de uno o varios universos paralelos. Y aprovecha para explorar las posibilidades de que en cada uno de estos yos afloren diferentes matices de la personalidad, con las consiguientes consecuencias en el desarrollo de los acontecimientos. Para acabar de liar los conceptos nos hace alguna broma con lo de que encontrarse consigo mismo era eso... saludar al otro yo del universo vecino... ah vaya, y yo asistiendo a clases de yoga como un imbécil...

Sin hablar de las interesantes implicaciones para la producción en serie de anillos de pedrería que tiene el hecho de ir recopilando material de los diferentes universos, mira tú por donde vamos a solucionar la escasez de materias primas de un plumazo. Eso sí, quiza provoquemos algún que otro problemilla de logística cuando pretendamos almacenar juntos objetos provinientes de diferentes universos, y ni que decir tiene si alguno de ellos está hecho de antimateria. O de materia oscura. O hecho en China, vaya usted a saber qué materiales usan por allí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
clapton
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