Le recuerda Adolfo a su padre que los grandes espías no tenían hijos. Y en esta versión de Ruiz Caldera un gran Anacleto interpretado por otro todavía más grande Imanol Arias tiene un vástago que él cree que está a su altura. El agente secreto español creado por el malvado Vázquez como contrapunto a un Bond en auge se nos embarca aquí en otra de sus misiones, quizá la más importante. Y el elenco actoral parece estar a la altura: desde los ya mencionados Arias y Quim Gutiérrez (que se lo toma en serio en todo momento) hasta un Berto Romero que sirve de guinda a una comedia más que notable. Carlos Areces, como dibujante de cómic que es, hace un homenaje protagonizando al villano creador. Alexandra Jiménez completa el coro notablemente.

Notable acierto de un agente español que ya parece muy lejano y que han rescatado acertadamente para un público que tal vez no conocía a ese espigado y fumador espía nacido de la pluma de uno de los dibujantes más grandes que dio este país. Espero que tenga secuela aunque, ya de entrada, se le atisba alguna que otra carencia.