Cuatro historias se suceden en "Al final todos mueren", cinco si contamos el prólogo y el epílogo. Cuatro historias para advertirnos del supuesto comportamiento humano ante un fin del mundo cercano y con hora predefinida. Cuatro historias que se relacionan pero que son distintas una de la otra.

Por preferir, yo me quedo con la historia de Javier Botet; historia muy denostada en las críticas, pero que la veo la más trabajada, la más racional dentro de la irracionalidad de la premisa desde la que se parte. Javier Botet se encarga él mismo de protagonizarla a modo de psicópata frío e impulsivo, de una manera al uso del terror clásico, con un buen uso de la tensión, del tiempo y de la sangre.

Seguidamente se nos presenta la historia que transcurre en una piscina, llamada "Los románticos del fin del mundo", narración plana, intrascendente, hueca, con interpretaciones vacías y sin interés; es más: aburrida. No le encontré el enganche a este fragmento ni conexión con la carga emotiva de todo lo demás.

Como tercer plato nos ofrecen los amigos en una casa, en una cena, con actores conocidos (Miguel Ángel Muñoz, Macarena Gómez...), otro argumento forzado e inútil que se ve interrumpido por un suceso que intenta que remonte en emoción e interés.

Y por último, la historia de la tienda de cómics (¡cuánto hay que agradecerle a Los Simpson!) en donde el dependiente/dueño/friki intenta llevar a cabo un decálogo para recibir el Apocalipsis de una manera muy personal. Sin embargo, en la tienda encontrará una sorpresa en forma de mujer embarazada.

"Al final todos mueren" tiene la virtud de ser original en su planteamiento pero los defectos son los mismos que se achacan a otras películas del género. Yo comedia he visto poca. Acción la justa. El suspense, Javier Botet. Y sí he visto muchas similitudes con otras películas de las cuales han tomado ideas descaradamente (o quizá en forma de homenaje, que también puede ser). No creo ni mucho menos que sea un peliculón pero sí que vale verla para curiosear. También es de alabar que con el bajo presupuesto que han tenido, hayan sacado un producto medianamente decente.