Los incondicionales de la saga Bond seguirán disfrutando de las espectaculares aventuras de su agente favorito. Acción sin tregua, escenarios paradisiacos, bellas mujeres, ambientes lujosos, malos malísimos, tecnología del futuro, irónico sentido del humor,... Como no podía ser menos, todos los ingredientes anteriores están servidos en esta nueva entrega a la que quizá le falta una historia más sólida y un puntito de erotismo, pero en general cumple con las espectativas. No se ha escatimado en medios, lográndose una producción ágil y eficaz, al servicio de la incombustible saga de 007.

Las escenas de acción juegan al más difícil todavía y verdaderamente lo consiguen y en cuanto a Bond, parece ser que se ha transmutado en un superheroe de comic que sale indemne de las situaciones más inverosímiles: accidentes de coche o avión, caídas de andamios y ataques por sorpresa incluidos.

En fin no se puede pedir más, su única pretensión es la de hacernos pasar un rato divertido. Cine de evasión por tanto.