El director norteamericano J.C. Chandor (Nueva Jersey, 1971) debutó en la dirección con ‘Margin Call’, un relato en el que mostraba la caída del mundo financiero y toda su estructura de corrupción y podredumbre; cinta que le valió la nominación al Oscar a mejor guion, el competir por el Oso de oro de Berlín además de múltiples reconocimientos dentro del cine independiente americano. Después –en 2013– llegó su segundo proyecto: ‘Cuando todo está perdido’, película protagonizada por Robert Redford y que mostraba la odisea de un navegante perdido por el Índico. En ella utilizaba multitud de recursos fílmicos para suplir la existencia de un guion sin diálogos, ni siquiera monólogos, siendo ese aspecto parte del atractivo del film. Por dicha película recibió la nominación al Oscar a mejor montaje además de las nominaciones a los Globos a mejor banda sonora e interpretación para Robert Redford. Para su tercer largometraje, ‘El año más violento’ el notable director escribe y dirige un film de ritmo pausado, muy alejado de lo que en principio podría aparentar, y donde nos muestra cómo un hombre de negocios trata de gestionar su devenir con ética y moralidad, precisamente en el considerado por la estadísticas el año más violento de la historia de Norteamérica: 1981, nacimiento de corrupciones políticas y financieras, y que supusieron el germen de lo posteriormente sucedido en ‘Margin Call’.

‘El año más violento’ es uno de los mejores films de lo que llevamos del 2015. Un film con una atmósfera magnética, perfectamente recreada, oclusiva y fría. Una magnífica recreación del invierno en el Brooklyn del 81. La narración retrata magistralmente y con una tensa quietud la vida de Abel Morales (Oscar Isaac), un empresario del sector del combustible que se encuentra en la negociación por la compra de unos terrenos a las orillas del río y por las que va a realizar una enorme inversión. Casado con la enigmática Anna (Jessica Chastain) pronto descubriremos cómo varios de sus conductores son atracados para robar el combustible que transportan, todo ello mientras es objeto de una investigación por parte del asistente del fiscal del distrito (David Oyelowo) por unos presuntos casos de corrupción y malversación de fondos. La película refleja con una enorme inteligencia las complicaciones de quien no pretende convertirse en un gánster ni en un mafioso a pesar de tener el poder y la inteligencia para ello. Un hombre de principios intachables que choca frontalmente con su esposa, la más temperamental e hija de famosos mafiosos de Nueva York.

La banda sonora del film corre a cargo de Alex Ebert (Los Ángeles, 1978) regalándonos un trabajo absolutamente magnífico en el que juega con sonidos clásicos y sonidos de sintetizadores. Ebert –compositor además de cantante de los grupos Ima Robot o Edward Sharpe and the Magnetic Zeros– repite con Chandor y dota al film de una calma emotiva y subyugante con especial mención para los títulos de crédito y su ‘America for me’. Además la película deja para el recuerdo una memorable escena inicial en la que el personaje interpretado por Oscar Isaac hace footing al amanecer mientras escucha en el walkman el grandioso tema ‘Inner city blues’ de Marvin Gaye.

La película es absolutamente espléndida aunque lo cierto es que su título puede llevar a equívocos ya que nos ubica temporalmente pero sin embargo no refleja el contenido de su trama. No esperen de ella acción frenética ni situaciones épicas, apenas existen. En ella veremos sensibilidad, negociaciones, lealtad y deslealtad, un choque de mundos, un universo de lobos en el que un cordero busca abrirse camino. Todo ello narrado desde la sutileza, la inteligencia y la crítica que realiza su enorme realizador, un J.C. Chandor que revela su mejor film de una muy notable carrera.

(sigue en spoilers)