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Voto de Sergio Berbel:
5
Comedia. Drama Francesc, un niño solitario de trece años, descubre en la escuela el libro "El mito de Sísifo", del filósofo Albert Camus, por el que queda fascinado. A partir de este momento se hará llamar Jean-François, se sube el cuello de la chaqueta, y decide convertirse en existencialista. Su nuevo objetivo será ir a París a encontrar a Camus. Lluna, una adolescente que vive el presente, le acompañará en su aventura con una única condición: parar ... [+]
9 de marzo de 2021
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Es obvio que “Jean-François y el sentido de la vida” es una película minúscula sin pretensiones, un mero entretenimiento por definición, una comedia de aliento francés liviana, un divertimento sin vocación de trascender. Pero tiene al menos encanto en la modestia de sus pretensiones y en lo infinitesimal de su propuesta. Sergi Portabella, en su estreno en el largo, sigue la senda de la comedia dramática ligera con tono francés para conformar una película pasable que cumple con su único cometido posible, entretener sin más.

Utiliza para ello la excusa de mi género favorito, la road movie, para contar la historia de un niño (interpretado con mucha naturalidad por Max Megías) que sufre acoso escolar y que, huyendo de los compañeros que lo torturan, encuentra en los servicios del colegio un ejemplar de “El mito de Sísifo” de Albert Camus. De pronto descubre en el existencialismo una salida a su ausencia de horizontes vitales y decide fugarse de casa para ir a París a conocer a Camus.

Por el camino, el destino decide que se cruce con Lluna, una chica casi mayor de edad, que interpreta Claudia Vega (inolvidable “Eva” de Kike Maíllo ya con el estirón dado), otra adolescente en fuga, y juntos afrontan tan arduo viaje con destino a París en el que se conocerán y conocerán algo mejor, como es obvio, el sentido de la vida que Francesc buscaba, como toda comedia iniciática que se precie.

Cinta muy modesta, se ve con la misma facilidad que se olvida, pero te deja una sonrisa al menos y demuestra algunos signos de inteligencia en su breve metraje, algo que no se puede decir de la mayoría de las comedias, por desgracia. Humor existencialista para tiempos nihilistas.
Sergio Berbel
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