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Voto de Sergio Berbel:
4
Thriller. Drama Jóvenes bailarines toman accidentalmente LSD mezclado con sangría y así su exultante ensayo se convierte en una pesadilla cuando uno a uno sienten las consecuencias de una crisis psicodélica colectiva. (FILMAFFINITY)
29 de enero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se puede ser un virtuoso en la forma, incluso de manera mucho más que notable, pero la estética sin fondo es un cascarón vacío por muy precioso que pueda resultar el citado cascarón. Es lo que al final ocurre siempre en la filmografía del director argentino afincado en Francia Gaspar Noé. Sus propuestas estilísticas son arrebatadoras, barrocas, grandilocuentes, rebuscadas, experimentales, fascinantes pero… para acabar contando la nada. Y eso se aleja de mi concepto de cine, consistente en el equivalente en imágenes a una buena historia de campamento contada al calor del fuego, más allá del mayor o menor virtuosismo desplegado para ello.

Gaspar Noé es un privilegiado creador visual. “Climax” es, desde el punto de vista de la caligrafía visual, la última vuelta de tuerca en la innovación rococó y sofisticada de la imagen cinematográfica, alambicada y retorcida hasta el límite de la extenuación: cinta formada por varios planos secuencia de una complejidad técnica para su rodaje y de una coreografía (nunca mejor dicho) artística ciertamente insuperable, tendentes a lo cenital de manera impactante. En su último tramo, incluso, se permite colocar definitivamente la cámara boca abajo. Visualmente es un espectáculo sublime, pero…

… no hay una historia que contar. Más de 90 minutos bailando y observando con precisión de entomólogo y distancia propensa al aburrimiento el efecto de las drogas en el ser humano acaban resultando ciertamente insostenibles, por muy brillante que sea el envoltorio plástico con el que nos llegan. No hay historia, no hay personajes, no hay ascenso dramático, no hay nada de lo que yo busco en el cine, no me interesa lo que está pasando ante mis atónitos ojos.

Más aburrida que desfasados terminan sus personajes, la película no conduce a ninguna parte, ni emociona, ni conmociona, ni se puede empatizar con bicho viviente alguno, ni va a ninguna parte concreta. Maravillosa para contemplar y paladear visualmente pero con un vacío argumental ciertamente insostenible.

Quizás es que sus dos prólogos son tan fascinantes que... resulta aún más imperdonable que todo se venga tan estrepitosamente abajo.
Sergio Berbel
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