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Voto de Sergio Berbel:
1
Drama. Aventuras. Fantástico Una caravana transporta a un anciano y moribundo Sheikh a Sijilmasa. Su última voluntad es ser enterrado junto a los suyos, pero muere mientras suben las escarpadas cumbres del Atlas marroquí. Los viajeros, temerosos de la montaña, se niegan a seguir transportando el cadáver. Ahmed y Said, dos buscavidas que viajan con la caravana, dicen conocer el camino a Sijilmasa y se ofrecen a llevar su cuerpo hasta allí. La esposa del Sheikh duda ... [+]
2 de abril de 2022
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oliver Laxe y yo somos seria y absolutamente incompatibles. Su concepto de arte en general y de cine en particular camina por mis antípodas. Nos repelemos con todas nuestras fuerzas, no compartimos ni perspectiva, ni objetivo, ni cauces. “Mimosas” me parece el anticine, como me lo pareció “Lo que arde”, como me lo parece toda su obra. No puedo con él, me rindo.

No sólo me repele ese tono de documental orientalista que le imprime a todo, esa bonhomía intragable, esa filantropía que presupone que todo el mundo es bueno (incluso en el caso de un repugnante genocida como lo es el pirómano forestal protagonista de la insoportable “Lo que arde”, cuyo “cariño” hacia él creo que roza lo delictivo), ese misticismo del todo a cien que me pone de los nervios, esa teología cosmogónica que tanto repele a una persona que, como yo, anda cada día que pasa más cerca del materialismo histórico y dialéctico que de cualquier cuestión que huela a espiritualidad.

Pero más allá de todo ello, “Mimosas” es insoportable porque es un auténtico coñazo. Una historia sin historia, un drama sin drama, unos personajes que no se definen ni por sus palabras ni por sus acciones en ningún momento de su insufrible metraje, unos diálogos surrealistas, unas caracterizaciones que dan risa, una película por llamarle algo, un espanto. Una pena de celoluide gastado en semejante esperpento.

Ni la fotografía de Mauro Herce salva a este engendro, porque el Atlas marroquí daba para muchísimo más que lo que se ve en esta cinta, siempre superior, eso sí, a las estupideces que se escuchan.

¿Qué se cuenta? Vaya usted a saber, ni lo sé ni me importa: al parecer, estamos ante una caravana que conduce a un anciano a través de la cordillera del Atlas a un punto concreto que ha elegido para morir. Pero el anciano muere por el camino y sólo dos de los integrantes de esa caravana apelan a la conciencia de lo comprometido para conducir el cadáver hasta su punto de destino acordado. Ambos reciben la ayuda de un ser enviado desde otra realidad paralela para ayudarles, una especie de ángel de “¡Qué bello es vivir!” de Frank Capra fumando y rozando la estulticia. En fin, un horror de principio a fin.
Sergio Berbel
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