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Voto de Sergio Berbel:
5
Drama. Thriller Lucas acaba de perder a su padre y todo a su alrededor empieza a desmoronarse. Un día le aborda Álvaro, que le ofrece dinero a cambio de inocentes fotos suyas. Álvaro las quiere usar para crear perfiles falsos en redes sociales y hablar, “solo hablar”, insiste, con chicas jóvenes. Desesperado por su situación, Lucas acepta. (FILMAFFINITY)
13 de enero de 2022
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una pena que termine resultando una oportunidad perdida, una posibilidad fallida de haber entrado a saco con seriedad y contundencia en el tema de la pedofilia cibernética y de los trastornos mentales de los adultos que se excitan mediante la maniobra de ligar por internet con menores de edad. Pudo ser una gran película denuncia sobre el tema, se daban los elementos, pero… “Lucas” de Álex Montoya se queda por desgracia en la epidermis de todo ello y decide tirar por el muy comercial (y ya demasiado trillado hasta el empacho y la indigestión) camino del thriller, del que ciertamente algunos nos declaramos ya saturados. Porque el noir es otra pandemia de nuestro tiempo. Todo aquello que pretende funcionar en taquilla y ser comercial tiene que transitar los caminos del cine (o la novela) negro, y esta cinta no va a ser menos, por desgracia.

Ello a pesar de su apasionante punto de partida: Lucas es un adolescente que ha perdido a su padre, a consecuencia de lo cual su familia se ha desmembrado y su madre ahora está pendiente tan sólo de su nuevo novio, un auténtico macarra impresentable. Lucas (fantástico Jorge Motos) no quiere ser el centro de atención y de pena en el instituto, e incluso se ha apartado de Carmen, su novia (muy bien interpretada por Emma Laínez), para intentar pasar desapercibido.

Sin embargo, no es así en lo que respecta a un fotógrafo profesional que pulula por la institución docente llamado Álvaro (funcional Jorge Cabrera) y que le ofrece dinero a cambio de hacerle fotos. Lucas, necesitado también en el aspecto material, decide prestarse a ello sin querer preguntarse cuál es el destino de esas fotos. Sin embargo, todo es más complejo de lo que parece, puesto que las mencionadas instantáneas no son para masturbaciones del fotógrafo, sino usadas por éste para crearse perfiles falsos en las redes sociales con la finalidad de entablar conversaciones subidas de tono con chicas menores de edad.

Cuando Lucas lo descubre, no le parece suficientemente grave como para desvincularse de tan sustancioso negocio cuando cae en la cuenta de lo mucho que se puede cambiar con dinero en el bolsillo pero, lógicamente, todo se complicará.

Álex Montoya nos ofrece una dirección convencional y un estilo visual clásico para el género que pretende ocupar, sin molestar a la narración pero tampoco aportando nada novedoso ni extraordinario. Cuenta, eso sí, con una muy buena interpretación del joven Jorge Motos, que sustenta todo el peso de la película sobre sus hombros. Y también con un buen manejo de la elipsis en el guión, que hace ganar más atención en el espectador de lo que realmente la cinta merece.
Sergio Berbel
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