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España España · Abroad (de momento)
Voto de Shinboneniná:
5
Bélico. Drama Durante la Segunda Guerra Mundial, tras una noche de diversión en las Antillas, la tripulación del carguero SS Glencairn vuelve a la dura rutina y navega rumbo a Baltimore. El grupo es bastante heterogéneo; Driscoll es un irlandés de mediana edad, Ole Olsen, un joven granjero de origen sueco, y Smitty, un caballero inglés. Tras recoger una carga de dinamita, deben regresar a casa, pero la amenaza que suponen los submarinos alemanes, ... [+]
28 de octubre de 2010
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ford siempre se movió entre lo lírico y lo épico, entre lo folclórico y lo clásico, entre el individuo insignificante y el héroe mítico. En esta ocasión trata de ensalzar y reivindicar a los esforzados marineros que pasan la mayor parte de sus vidas lejos de tierra firme, en una difícil pero peculiar convivencia y a menudo arriesgando sus vidas a cambio de casi nada. Su ingrata misión se torna aún más importante y ardua en tiempos de guerra.

Esta apología de los valores marineros, tan tópica como propagandística y discutible, alterna de manera irregular el tono épico-aventurero con el lírico-afectivo sin llegar a dar con la dosis adecuada de ambos ingredientes. Incluye momentos en verdad afortunados, como el apresamiento del supuesto espía, pero también episodios rayanos en lo ridículo, como algunas peleas sin pies ni cabeza o el idílico e inverosímil inicio en la penumbra de unas paradisíacas playas supongo que caribeñas.

Para bien y para mal es una película condicionada por su contexto –años 40, II GM-, con algunos de los mejores elementos del universo fordiano apenas sugeridos, aunque está muy lejos de constituir una de sus mejores obras. La historia avanza a saltos, a veces rayando en lo absurdo y las acciones de algunos personajes resultan un tanto difíciles de explicar y entender. Sólo se la recomendaría a un fan de Ford, porque me temo que un espectador medio se aburrirá como una ostra.

Mención especial a un reparto casi irrepetible, aunque no siempre afortunado, y a la preciosista fotografía del siempre destacado Toland.
Shinboneniná
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