Los comienzos son descorazonadores, un patético Stockwell, una cargante banda sonora y unos diálogos estomagantes. Efectos justitos y planteamiento filosófico apocalíptico infumable.

Una película absolutamente incomprensible para quien no haya seguido la serie en la pequeña pantalla, con un maremágnum de personajes y subtramas que no llevan a otro sitio que el aburrimiento y la confusión. Una pena, sobre todo viniendo de James Olmos, responsable en gran parte de la buena serie televisiva, así como de obras tan interesantes como 'American Me'. Es como si intentara condensar varias temporadas televisivas en una hora y media. El resultado es desolador. Parece como si, consciente del patinazo, avergonzado, el propio director y coprotagonista decidiera ausentarse del encuadre. Innecesaria, torpe y estúpida, muy lejos de la calidad de las primeras temporadas de la serie.

Mala. Con ganas.