“Piratas del Caribe 3” está hecha con bastantes más ganas que “Piratas del Caribe 2” pero no llega ni por asomo a la magia del original. Frente a la simpleza argumental de “PC 2”, aquí se nos propone un batiburrillo de historias con ligeros vínculos entre ellas (por no decir directamente que no tiene ni pies ni cabeza) pero que por lo menos nos obliga a un cierto esfuerzo mental para jugar a “adivina la relación entre la subtrama del pirata chino con la señora gigante del remolino”.

Una idea central articula esta película: no escatimar en efectos especiales… de hecho, pensando con maldad, parece que primero han creado los efectos, luego han pensado escenas que justifiquen medianamente su aparición y finalmente una trama para unir esas escenas, o, en este caso, puesto que las escenas eran de tan diversa índole, la mezcolanza argumental ya comentada.

Una película hecha por y para los efectos especiales de la que poco queda por decir al margen de su desparrame infográfico (que justifica de sobra el visionado de la película)… tan sólo que se vuelve a notar la competente mano del director y que el reparto vuelve a cobrar algo de protagonismo. Un cierre de saga decente aunque lastrado por una “PC 2” infumable y una “PC 3” que siendo honrada, pierde mucho en comparación con la original.

Lo único que espero es que no haya una cuarta parte.