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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
5
Thriller. Acción. Drama. Cine negro Durante el día, Driver (Ryan Gosling) trabaja en un taller y es conductor especialista de cine, pero, algunas noches de forma esporádica, trabaja como chófer para delincuentes. Shannon, su jefe, que conoce bien su talento al volante, lo mismo le busca directores de cine y televisión que criminales que necesiten al mejor conductor para sus fugas, llevándose la correspondiente comisión. Pero el mundo de Driver comienza a cambiar el día en ... [+]
2 de noviembre de 2022
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gélido thriller de redención por amor/romance que gustó mucho a crítica y a público. Lo primero lo puedo entender, es fruto de su tiempo, de un cine distante y pausado, gris, mate, realista a su manera, de héroes cotidianos de pocas palabras y poco deslumbrantes, donde lo importante es que no pasen muchas cosas y que, lo que sea que suceda, suceda como sin querer, de manera rutinaria. Lo segundo, su éxito en cuanto a la valoración del público, ya lo entiendo menos.

Con su deliberado minimalismo a todos los niveles y su pachorra narrativa, “Drive” cuenta algo que ya hemos visto varias veces pero haciendo del antiespectáculo su seña de identidad. Los aficionados al basket FIBA recordarán la era denominada de los denominados ‘apóstoles del baloncesto control’, equipos de currantes y un tirador (de buenos porcentajes y que no necesite mucha bola para encestar) capaces de asfixiar físicamente al contrario y llevar los partidos a sesenta puntos (con suerte) con posesiones estiradas deliberadamente al límite, tiros apurados en el último momento, indescifrables entramados defensivos y jugadas de ataque superrígidas para maximizar los escasos lanzamientos al aro. Messina, Obradovic, Malkovic…Una delicia para los comentaristas deportivos que hacían de las retransmisiones auténticas masterclass de pizarra haciendo ver como que ellos sí entendían los mecanismos secretos de esos profetas del antibaloncesto.

“Drive” va en esa línea: poca acción, pocas emociones y muy contenidas, ambientes desangelados en extrarradios obreros y polígonos industriales, la vida mostrada desde su lado más sombrío, una fotografía apagada en la que sólo brillan las luces nocturnas, artificiales y descoloridas. Y con el carismáticamente marmóreo Ryan Gosling como única concesión a la audiencia para hacer más sabrosa la medicina. No sé. Al igual que el baloncesto control, “Drive” ofrece unas propuestas que tienen sentido exclusivamente si te conduce a una victoria que, además, sabe rara, con poso a ceniza (ya no digo lo rácano que te sientes cuando pierdes). No digo que no tenga su público, pero no es una película para mí.
OsitoF
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