Previsible thriller de policías lleno de acción y giros esperables (un reparto encasillado más allá de lo conveniente tiene mucha culpa de eso) pero que cuenta lo que quiere contar con eficacia y eficiencia: todo se entiende, todo es razonable (casualidades y conveniencias aparte) y tiene la duración correcta para una película de un sólo uso. Se agradece un tono sobrio y formal que no se adorna en dramas o pegotes psicológicos que no tengan relación directa con la trama principal, así como una factura más que correcta en cuanto a la parte de acción: ni las persecuciones ni los tiroteos son de Misión Imposible, pero se nota buena mano y mucho criterio para que, a falta de pirotecnia y espectáculo, haya credibilidad.

No hay mucho más, entretiene y cumple con lo que se espera de ella. No entusiasma ni decepciona. Recurriendo a mi mantra de «Masterchef lo explica todo», vendría a ser una esas pruebas de cocinado con pocos ingredientes en la que los concursantes que saben leer bien la prueba, la salvan con un plato decente y sin alardes (mientras que otros la fastidian con pufos que estaban por encima de sus posibilidades).