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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
8
Drama. Acción Se centra en un excéntrico y decidido equipo americano de ingenieros y diseñadores, liderados por el visionario automovilístico Carroll Shelby (Damon) y su conductor británico Ken Miles (Bale). Henry Ford II y Lee Iacocca les dan la misión de construir desde cero un nuevo automóvil con el fin de derrocar el dominio de Ferrari en el Campeonato del Mundo de Le Mans de 1966. (FILMAFFINITY)
19 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine es, fundamentalmente, épica y espectáculo. También algo de sentimientos, vale, pero fundamentalmente épica y espectáculo. Y pocas temáticas tienen inherente la épica tanto como el deporte y pocos deportes respiran espectáculo como el automovilismo que, a la grandeza de la lucha contra uno mismo y el desafío de superación, une la pericia técnica para construir máquinas perfectas en consonancia con los hombres que las pilotan. La competitividad no es sólo entre los que están al volante sino también entre mecánicos para ganar una décima en el repostaje o entre ingenieros para dar con la pieza que evite perder un milésima en curvas. También hay, yo creo, algo de afición al peligro: si bien todos los deportes tienen sus riesgos, no es lo mismo presenciar una esporádica patada escalofriante o una mala caída en el hielo que estamparte contra un muro a 300 kilómetros por hora. Así que es muy raro que una película sobre Fórmula 1, Rallyes o, en este caso, las 24 horas de Le Mans no sea un pelotazo que entre solo y dé gloria verlo.

“Le Mans ‘66” no es una excepción y no defrauda. Con la competentísima dirección de un superprofesional como James Mangold, medios y protagonistas carismáticos como Matt Damon y Christian Bale, la película entra sóla y te tiene pegado a la pantalla de cine o de TV durante todo un metraje sin fisuras de ritmo. A las espectaculares secuencias de carrera, “Le Mans ‘66” une un desarrollo de la historia que hace entender a cualquiera (experto en coches o no, aficionado a las carreras o no) los fundamentos de las carreras de coches en general y de las pruebas de resistencia en particular. A la historia tampoco le falta de nada y discurre a varios niveles: en el más bajo, tenemos interesantes momentos dedicados a explicar la tecnología automovilística de la época de una forma que captará la atención de los aficionados e ingenieros por igual. En un nivel superior, los personajes cobran vida con breves pero detallados informes de su vida personal. Luego vienen las carreras, que se muestran en toda su intensidad deportiva y en su faceta estratégica y, en el punto más alto de la escritura de “Le Mans ‘66” encontramos la lucha de poder entre la masiva industria automovilística de los EEUU de los años cincuenta frente a los orgulloso artesanos italianos con Ferrari a la cabeza.

La verdad es que el argumento de “Le Mans ‘66” es la lucha de una compañía, Ford, por demostrar que el esfuerzo y la voluntad de triunfar lo pueden todo. La filosofía y la cultura norteamericanas frente a toda clase de obstáculos, internos y externos. Eso explica por qué la mitad del globo odia a los prepotentes norteamericanos y la otra mitad los respeta y admira cuando piensan a lo grande. En ese sentido, la película está llena de discursos inspiradores, de tecnología de épica y de momentos cargados de energía con protagonistas dando el paso extra que separa el fracaso del éxito, con más de un conflicto entre la satisfacción particular de los personajes o su subordinación al equipo o a causas mayores. Quizá no transmite sensación de rigor documental pero se gana la confianza de que no miente en los hitos más relevantes y, en el fondo, da lo mismo porque lo que sí está rodado con rigor y espectáculo son las diferentes carreras que vivieron el desarrollo de unos coches ganadores.

Me quedo con todo. Tiene defectos, como todo el mundo, pero pequeños y manejables: “Le Mans ‘66” es un peliculón que hace pasar un gran rato.
OsitoF
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