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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
8
Fantástico. Acción. Ciencia ficción. Thriller. Drama Estados Unidos, años 80. La Guerra Fría está en su apogeo, y los superhéroes, que antes habían sido admirados, ahora son perseguidos por la ley. Un día aparece muerto uno de ellos, "El Comediante", que trabajaba para la CIA. Su amigo Rorschach, el único héroe enmascarado en activo, emprenderá la investigación de su muerte, tras la que se oculta algo muy importante. Esperadísima adaptación del cómic de Alan Moore y Dave Gibbons (1986). (FILMAFFINITY) [+]
4 de julio de 2022
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre he tenido la sensación de que DC ha reaccionado tarde y no siempre de la manera más afortunada al fenómeno Marvel. Como que cuando DC iba, Marvel estaba ya de vuelta. Y no necesariamente por un tema de calidad, sino por indecisiones, inseguridades o falta de visión. “Watchmen” podría ser un ejemplo. Estrenada un año después de “Iron man”, su potencia está fuera de toda duda, pero parece una simple reacción instintiva a lo que parecía la enésima resurrección del género de superhéroes, un intento de coger el rebufo y dar señales de vida, sin entender el contexto como una oportunidad de hacer algo grande. “Watchmen” es tan autocontenida, con unas raíces tan profundas y un final tan cerrado, que resultaba imposible sacar de ahí una franquicia para competir con los vengadores que Marvel fue soltando… salvo para ese truñaco nauseabundo de serie que HBO hizo hace poco en plena ola de racialización y que, afortunadamente, ha pasado desapercibido y ha hecho poco daño al “Watchmen” auténtico de Zach Snyder.

Y es que, aunque carente de un universo con el que explotar fortalezas y diluir debilidad, “Watchmen” es una joya como película. Se arriesga a adaptar novela gráfica que plantea una brillante distopía en la que EEUU ha ganado la Guerra de Vietnam y la Guerra Fría está en su punto álgido, aunque no por la Crisis de los Misiles de Cuba, sino por la invasión soviética de Afganistán, con un Nixon a punto de ser reelegido por quinta vez pensando seriamente en la posibilidad de iniciar una Tercera Guerra Mundial de manera preventiva. En medio de este panorama, los héroes enmascarados han sido puestos fuera de la ley y se han reconvertido (junto a sus habilidades) en mercenarios, amas de casa, jubilados o empresarios… a excepción del llamado Dr. Manhattan, un hombre convertido en casi un dios omnipotente por un accidente nuclear y en el que el mundo ha depositado gran parte de su seguridad.

Con una escenografía potentísima y un diseño conceptual minucioso, “Watchmen” nos traslada a ese particular y desconcertante universo lleno de anacronismos, que pone en juego artefactos tan ultratecnológicos como analógicos, hechos con válvulas de vacío o monitores de tubo, pero capaces de alterar la gravedad o ver en la oscuridad con gafas aparentemente normales. En ese ambiente, los llamados superhéroes usan vistosas vestimentas y llamativos nombres vintage (nada de las indumentarias tácticas de moda en el UCM) a la hora de desplegar unas destrezas basadas en lo tradicional: agilidad, robustez, fuerza física o una inteligencia portentosa. El resultado es una delicia visual: consigue meter al espectador en el cómic sin la aparatosidad estéril de “Sin City” o la artificiosidad narrativa de “300”.

Y eso por lo que respecta a lo técnico. En lo narrativo hay rasgos de genialidad. Su introducción está casi al nivel de “Up”: cinco minutos al ritmo de los tiempos cambian de Dylan, que nos describen el nacimiento de los superhéroes dos generaciones atrás y cómo se ha ido evolucionando desde su momento de mayor gloria a su decadencia actuales. Snyder consigue hacer una película con cuatro héroes protagonistas y dos esporádicos en la que todos cuentan su historia y en la que el público llega a conocer todo lo relacionado con sus perfiles psicológicos y habilidades especiales. Historias en las que puede haber menos efectos especiales y menos acción que la que se encuentra habitualmente en Marvel, pero son mucho más reales, crudas y descarnadas en ocasiones y, por lo general, muy valientes, tocando palos y temas habitualmente vedados para no ofender a mentes sensibles.

Otro factor de éxito es el equilibrio que consigue la película entre héroes y villanos, entre gente con superpoderes y sin ellos. Un elemento que quita interés a muchas películas del estilo es no saber qué hacer con personajes con poder excesivo y que podrían salvar el mundo con sólo chasquear los dedos. Es el caso del Dr. Manhattan. Puede ver el futuro, puede leer la mente, puede viajar por el espacio, puede estar en varios sitios a la vez… ¿Qué desafío se le puede plantear que no resuelva con proponérselo? “Watchmen” da con una trama o un conjunto de tramas bastante inteligentes con las que plantear una película en la que todos los personajes tienen puntos débiles creíbles (no los típicos talones de Aquiles que aparecen en el momento justo) que hacen que la película mantenga su interés hasta el final.

“Watchmen” exige un plus de atención frente a sus rivales de Marvel, donde lo complicado suele ser recordar en qué película salía también tal personaje o qué pasó con tal objeto en tal película como para que salga otra vez a colación. Snyder mantiene abiertas cuatro o cinco tramas en paralelo y durante gran parte de la película cierra alguna sólo para abrir otra inmediatamente a continuación, pero lo hace con la habilidad como para saber cuál es la cantidad aceptable de flashbacks para un espectador para darle la información que necesita en el momento más climático sin resultar repetitivo y llevando continuamente la historia por giros agradablemente sorprendentes. Finalmente, todo confluye en un desenlace totalmente inesperado de una autenticidad no vista antes (ni después) en el género.

Una maravilla de DC de la que, sin embargo, casi nadie se acuerda, y eso que es de las que, por lo novedoso y revolucionario de su planteamiento, hacen algo de sombra al UCM. Insisto en que no veáis la serie.
OsitoF
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