Este año pasado, el cine español nos ha puesto en pantalla un buen número de grandes películas, pero una de ellas no ha sido reconocida por un gran éxito de taquilla debido a su escasa distribución y, aunque fue preseleccionada para representar a España para competir en los Oscars como mejor película de habla no inglesa, no se conoce lo suficiente. Pasemos a analizarla.

10.000 km abre con un impresionante plano secuencia de 22 minutos, donde los personajes pasan por varios estados anímicos: ríen, lloran, se sorprenden y se desilusionan, todo dentro de ese plano secuencia que, como digo, impacta. La película nos cuenta cómo una pareja tiene que verse en la dificultad de enfrentarse a una relación a distancia durante un año, cuando uno de ellos tiene que irse a trabajar a Estados Unidos. La película no decae en ningún momento y vemos como utilizan las nuevas tecnologías para alimentar a la historia: el uso de Skype, Facebook o el correo electrónico, todo de buena manera y no fallida como vimos en la reciente Open Windows.

En el apartado actoral, todo el peso de la cinta recae en sus dos únicos actores protagonistas. Natalia Tena (Famosa por interpretar a Osha en la serie Juego de Tronos) y David Verdaguer. Los dos aportan a la cinta un toque muy naturalista que hacen que se disfruten las interpretaciones y les otorga un tono muy realista. Quizá Tena este un poco incómoda, ya que su lenguaje natural es el inglés, y hay partes en el diálogo de Verdaguer que no se le acaba de entender debido a su inexperiencia, pero nada grave.

La película no tiene apenas música y eso hace que la cinta sea mucho mas verídica. Un guión muy bien aprovechado y un final tan desolador como poético hacen del filme una buena experiencia al espectador.

En conclusión, 10.000 km se disfruta en todos los sentidos, disfrutamos del libreto y de las actuaciones y sobretodo vemos realismo bien llevado a la pantalla. Una interesante propuesta que tendría que haber tenido más repercusión para el público.