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Voto de Felipe Larrea:
9
10 de junio de 2009
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca he sido muy chaplinista e incluso recuerdo "Tiempos modernos" y "El gran dictador" como relativas decepciones. Tampoco entiendo porque la crítica especializada hace la ola cuando Charlot o Buster Keaton se resbalan con una cáscara de plátano y sin embargo cada vez que algún humorista actual hace una mueca se le acusa hasta del asesinato de Kennedy.
Podría meterme con Virginia Cherill, flojita en su rol de violetera y despedida por el director para ser contratada de nuevo porque no había presupuesto para pagar a otra actriz y repetir todas sus tomas (por cierto, como se parece Penelope Ann Miller -la chica de "Atrapado por su pasado"- a ella). Y también podría decir que no todos los gags son igual de buenos.
Pero no hay película más agradable que la que te deja la sonrrisilla de tonto tras el cartel de "The End" y esta es el ejemplo perfecto. Como para no enternecerse con números como el del intento de suicidio o el combate de boxeo, con esa banda sonora siempre acorde a la acción, con el torpón pero elegante movimiento corporal de Charlot, con esa manera tan universal y humana de dignificar a los pobres y caricaturizar a los ricos y por supuesto, con ese final que ablanda el corazón de cualquiera.
Podría meterme con Virginia Cherill, flojita en su rol de violetera y despedida por el director para ser contratada de nuevo porque no había presupuesto para pagar a otra actriz y repetir todas sus tomas (por cierto, como se parece Penelope Ann Miller -la chica de "Atrapado por su pasado"- a ella). Y también podría decir que no todos los gags son igual de buenos.
Pero no hay película más agradable que la que te deja la sonrrisilla de tonto tras el cartel de "The End" y esta es el ejemplo perfecto. Como para no enternecerse con números como el del intento de suicidio o el combate de boxeo, con esa banda sonora siempre acorde a la acción, con el torpón pero elegante movimiento corporal de Charlot, con esa manera tan universal y humana de dignificar a los pobres y caricaturizar a los ricos y por supuesto, con ese final que ablanda el corazón de cualquiera.