Desaprovechada historia clásica de fantasmas cuya mejor baza reside en una por otra parte también desaprovechada atmosfera. Tiene todos los elementos del género: casa victoriana abandonada, predominio de las sombras y la noche, un fantasma vengativo, trasfondo histórico trágico y un personaje principal dañado por un acontecimiento pasado. Sin embargo el director Tom Harper lo dirige todo en unas líneas convencionales, y esto en el mejor de los casos.

La película al menos no aburre y consigue crear una correcta ambientación que en algunos momentos funciona en su intención de provocar terror. También se le puede dar crédito por crear algún momento realmente escalofriante. Sin embargo es un producto de terror pobre que además no aporta nada nuevo a este género tan sobado. Tiene el look de terror gótico, pero le traiciona una sensibilidad más acorde con las tendencias actuales del susto fácil. En resumen, entretenida pero olvidable.

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