Últimamente he visto un patrón que se repite en el género thriller (especialmente con toques de terror) y que me aburre terriblemente: luego de una presentación muy sucinta de los protagonistas, sucede que al personaje principal le sucede algo raro en la cocina, luego le sucede algo raro en el dormitorio, luego le sucede algo raro en el metro, luego le sucede algo raro soñando, luego le sucede algo raro con su pareja, luego le sucede algo raro mientras se ducha, luego le sucede algo raro en el trabajo, luego le sucede algo raro en el centro comercial... ¡Y ya pasó una hora de película! Entonces me aburro porque yo ya entendí, queridos directores, ¡que hay algo raro! Por eso estoy viendo la película, claro, pero quiero que el protagonista encare lo raro, lo enfrente, tome decisiones cuanto antes, porque sino es una especie de monigote víctima y lo único que me ata a seguirla viendo es el final. En fin, esta película adolece de lo mismo, aunque me animo a recomendarla porque las temáticas que trata (además de la violencia obstétrica tétrica) son interesantes para reflexionar.