Betibú es una sorprendente cinta porteña con participación española, el ubicuo Gerardo Herrero en la producción y el cada vez más entonado José Coronado, a quien la madurez le está sentando de maravilla, en un papel hecho a su medida. Narra la investigación de un crimen por parte de un trío de reporteros. Cuando un tiburón de la industria aparece degollado en su casa, empiezan a surgir pistas que apuntan a una conspiración. Narrada con un ritmo trepidante pero nada acelerado, la película nos va internando poco a poco en un universo subterráneo sobre el que se erige el imperio de lo cotidiano, ignorante de lo que sucede en las profundidades. La trama está bien hilvanada, servida por unos actores irreprochables, desconocidos en nuestras latitudes, salvo Alberto Ammann y Norman Briski, quien reaparece en el papel de Gato, un personaje casi de ciencia ficción. Mercedes Morán se muestra espléndida, tanto como señora madura como actriz, pero quien se lleva la palma es Daniel Fanego, carismático y robaescenas. ¿Dónde habían escondido a este hombre? La banda sonora de Federico Jusid apela al fantasma de Bernard Herrmann y acompaña a las imágenes con precisión. Si el cine negro argentino continúa por estos derroteros, vamos a tener agradables sorpresas. Muy recomendable.