Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Thriller. Drama Texas. Chris, un camello de poca monta, y su padre planean matar a su madre y ex-mujer para quedarse con el dinero de su seguro de vida. La razón es que Chris ha contraído una deuda y está amenazado de muerte. Padre e hijo contratan los servicios de 'Killer Joe' Cooper, que es policía y también asesino a sueldo.
4 de noviembre de 2016
Sé el primero en valorar esta crítica
Me da la sensación de que esta película es el particular "fuck you" de William Friedkin.
A las familias ausentes, a los drogatas de buen corazón, a los paletos de la profunda Norteamérica, a las lolitas de extrarradio y, muy particularmente, a las historias de redención.
Porque estamos tan acostumbrados a que todos los elementos mencionados formen parte de ese tipo de historias, que cuando Joe Cooper entra en escena parece que va a poner en marcha una de esas.

Pero no. Joe Cooper, o 'Killer Joe', es un cabrón.
La clase de persona que no querrías tener al lado, un auténtico policía hijo de puta capaz de matar por dinero sin ningún tipo de empatía. Friedkin no quiere que le veas como un santo con problemas de conducta, o un atípico salvador. Este tío es un cabrón, y te va a quedar claro cuando te vayan forzando esa idea a través de la garganta para que te la comas.
Teniendo eso en cuenta, McConaughey tiene manga ancha para hacer valer el duro brazo de su particular ley, y no decepciona: pocas veces se habrá visto a un actor desplegando tanto talento en alguien tan asquerosamente reprobable. Todo lo que involucra su persona está hecho para ponerte incómodo, y es aún más brillante su actuación porque no llega a ser así desde el principio.

Al contrario, al principio la cosa no puede parecer más diferente.
Una familia texana con poco dinero y mucha ignorancia se prepara, cierta desesperación mediante, para matar a la ex del padre, con la esperanza de cobrar una pasta en el seguro de vida. Probablemente ni nos paremos a pensar en la razón más profunda tras sus motivos, e incluso vamos a pensar que, dentro de la historia, tiene su lógica que actúen así. Emile Hirsch tiene cara de tipo simpático pese a ser un tirao sin ambiciones, vamos a seguirle en su particular cruzada, vamos a simpatizarle.
Es entonces cuando deciden llamar a Killer Joe con la esperanza de que les arregle el trabajito, y McConaughey se entretiene en ser la nota discordante del conjunto: parece un tipo inquietante de pocas palabras, tiene una especie de fascinación malsana por Dottie, la hija menor de la familia, pero precisamente es por ella que pensamos que tiene principios. Un asesino que es capaz de ver la inocencia debe ser un tipo duro, pero con principios, pensamos.

Bien, nada de eso es así.
Friedkin disfruta no teniendo simpatía ninguna por sus personajes, hundiéndoles en una espiral de violencia miserable, malas decisiones y sexo repugnante. No por nada la mujer del padre, Sharla, nos ha recibido por primera vez poniéndonos su coño en la cara (sin más, como si no fuera más personaje que eso) y no es lo último que vamos ver en cuestión de sexo dejándonos con una mueca de "¿pero qué coño...?".
La mierda atrae más mierda, esto es así, y rara vez da lugar a redenciones que no deberíamos haber esperado en primer lugar, y a las que el cine falsamente "buenista" nos ha hecho acomodarnos.

Hasta Dottie, la chica más pura y sincera del puñado, acaba siendo parte de esta manada de tarados mentales, como no podía ser de otra manera, porque las flores difícilmente prosperan cuando todo a su alrededor es mierda.
Y no nos damos cuenta de todo esto hasta que la sonrisa final de Joe coincide con nuestra mueca de horror.

Mejor tomarse todo como una inmensa broma antes que como realidad que pasa, y seguirá pasando.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow