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España España · Madrid
Voto de Charles:
9
Romance. Drama. Comedia Holly Golightly es una bella joven neoyorquina que, aparentemente, lleva una vida fácil y alegre. Tiene un comportamiento bastante extravagante, por ejemplo, desayunar contemplando el escaparate de la lujosa joyería Tiffanys. Un día se muda a su mismo edificio Paul Varjak, un escritor que, mientras espera un éxito que nunca llega, vive a costa de una mujer madura. (FILMAFFINITY)
17 de agosto de 2015
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Desayuno con Diamantes' es probablemente el mejor retrato de la mujer liberada.
Libre de compromisos y responsabilidades, derrochadora por naturaleza, moderadamente optimista y soñadora por encima de todo.
La suerte es contar con Audrey Hepburn para encarnarla, y conseguir de esa manera un mito para la posteridad.

Porque, no nos vamos a engañar, la película tiene más de mito que de película, y la cosa valdría realmente poco si una escena de fiesta no nos desvelara que lo que realmente le interesa a Blake Edwards es la farsa cómica tras la llamada "vida moderna".
Una vida de superficialidades y apariencias, de graciosos equívocos y personas nobles tal vez, pero en las que se intenta aparentar algo que, la mayoría de las veces, no se tiene, y se oculta lo que ya se ha tenido por temor al compromiso.
Paul (simpático George Peppard) es el espectador en esta situación, y Holly (Hepburn) la mentora de toda esa manera de vivir.

El mérito de la película consiste en quitarle hierro a esas situaciones que levantarían la ceja de cualquiera, y jugar con la sugerencia más que con lo explícito.
Se va descubriendo que ni Paul es tan buen chico, por las fugaces pero bien trabajadas escenas donde aparece Patricia Neal, ni Holly es tan mala chica cuando toca el 'Moon River' en su ventana.
Todo es una sucesión de malentendidos, de personas que, esperando lo bueno de la vida, decidieron conformarse con lo menos malo mientras lo amoldaban a sus deseos.

Mientras, "algo bueno pasará", mientras se sueña con desayunos frente a Tiffany's, cumbre de la superficialidad que ingenuamente Holly cree solución a todos sus problemas. Rodeada de cosas brillantes, que se puede temer.
Ella piensa que ya lo tiene todo y es libre, mientras se niega a ver las esquinas de la jaula que ella misma se ha construido a golpe de sueños inútiles y autoengaños.
Su temor a encontrarse con algo más grande que si misma, a encontrarse con una persona que realmente quiera permanecer a su lado, es lo que continuamente la separa de Paul, al que ella llama Fred en memoria de su hermano, en un intento vano de mantenerle lejos de ella.
Por eso quizás la mejor escena de la película tiene que ver con su descubrimiento el uno frente al otro: tras una tarde de pequeñas locuras y tonterías, ambos se dan cuenta de que están por primera vez justo donde quieren estar. No más máscaras.

'Desayuno con Diamantes' toma la apariencia de inofensiva comedia romántica (aunque algo forzada en su final) para, a través de pequeñas escenas como la que le da título, burlarse de la conformidad de nuestros deseos.
Lo interesante no es la fiesta, es lo que ocurre después a las 6 de la madrugada en la esquina de la 5º avenida y la Calle 57.
Charles
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