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España España · Madrid
Voto de Charles:
7
Thriller. Intriga. Fantástico Un día, cuando Light termina las clases, encuentra un cuaderno negro tendido en el suelo, llamado «Death Note», un cuaderno sobrenatural que es capaz de matar personas si se escriben los nombres en él y si el portador visualiza mentalmente la cara de quien quiere asesinar. Nueva adaptación de la famosa serie (y manga) "Death Note" esta vez con actores reales. (FILMAFFINITY)
29 de agosto de 2017
10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una gran mayoría de opiniones sobre esta versión van dirigidas a criticar aspectos de un original que, por deslocalización geográfica, se nota que ni los propios responsables han tenido en cuenta.
Ojo a lo absurdo que supone cabrearse por quitar cosas que no iban a estar en primer lugar (del absurdo de querer que todas las versiones de un mismo tema sean iguales para poder ver siempre lo mismo podríamos hablar otro día)
No he leído ni visto nada relativo a 'Death Note', pero la conversación debería girar alrededor de si la película se sostiene por si misma y, más allá de ser otra válida versión de un material original, lo hace.

Light es otro pobre adolescente de instituto suspirando por la enésima animadora inalcanzable, hasta que un día cae en sus manos un misterioso cuaderno con el poder de matar a quien sea escrito en sus páginas.
Una vez más, parece que todas las críticas van encaminadas a señalar que el personaje no es fucker como en su versión original, pero hay espacio para los matices: Light es capaz de defender a otro adolescente objetivo de bullying a riesgo de llevarse un puñetazo, mientras que su chica deseada, Mia, es lo suficientemente independiente como para decir alto y claro que no necesita depender de nadie.
Se trata de dos típicos tópicos a los cuales se les ha dado la vuelta lo justo y necesario como para no tener que aborrecerlos, al igual que sucede con una dirección escenográfica y acompañamiento musical incómodo, casi de coña, que pinta el instituto como una suerte de asumida condena y los alumnos que por allí pululan como imbéciles sin remedio.
Entre esa marea, solo Light y Mia se han sobresalido mutuamente, pero nada va a cambiar mientras su mundo siga como está.

Entonces entra en escena el gran elemento democratizador, el Death Note, plagado de reglas a seguir pero con un atractivo insuperable como para no prestarles suficiente atención: ese cuaderno que mata con sólo escribir nombre y recordar cara podría ser el inicio de un nuevo orden, reconfigurando el mundo a imagen y semejanza de un Dios de la Muerte cuya máxima a seguir será portarse bien, como un padre perverso que da la justa libertad a sus descarriados hijos.
Parece una intención siniestra pero noble, y hasta se podría decir que justa dentro de este loco mundo... pero ese Dios de la Muerte rebautizado Kira es Light, un adolescente cuya máxima preocupación hasta ayer era dejar de ser invisible y conseguir importarle a una chica. La imposible correspondencia entre esas dos identidades se hace insostenible a poco que hayamos prestado atención al principio, y así el resto de la historia no tiene problema en convertirse en una broma enloquecida y macabra, que se va retorciendo más a medida que pasa, fruto del cerco policial que se estrecha alrededor de Kira y de la malévola influencia que le presta Ryuk, un tenebroso demonio al que Willem Dafoe presta todo el mal rollo que es capaz de generar con su risa agrietada.
Pero es que además está Mia: cambiado el mundo Light consigue su objeto de deseo, pero todo viene con un precio, porque su enfermiza relación surgió de la posibilidad de ser dioses y reyes, algo que Mia no se toma a la ligera y Light se ve obligado a corresponder aunque sea por no perderla.

Para complicar las cosas, aparece L, un perfecto antagonista para el improbable héroe, ambos socialmente incómodos y tremendamente brillantes, que se buscan las vueltas en cada recodo del camino y pasan poco tiempo hasta que se lo toman como algo personal, prescindiendo de las causas a las que sirven: a Light le encantaría matar al molesto metomentodo, pero sin una cara y un nombre lo tiene jodido para hacer justicia, e igualmente ya no sería LA justicia, sino SU justicia... las líneas se marcan en la partida, y cruzarlas puede suponer llegar más lejos de lo que este Dios de la Muerte se ha jurado llegar.
¿Por qué dónde está la diferencia entre una persona que ha matado por causa justificada y una que tiene las manos limpias, pero el alma negra como boca del lobo?
'Death Note' se atreve a plantear que los grises existen, y los aplasta contra una conciencia adolescente que solo ha buscado sexo y ser respetado, dibujando la terrible (y macabramente divertida) idea de que la responsabilidad de la muerte puede estar en una mente demasiado centrada en su ombligo como para entenderla.

Light llega todo lo lejos que puede, autoengañándose de que todo esto lo hace por un bien mayor... y al final se da cuenta de que no, de que ha seguido adelante a hostias forzadas, aprendiendo mucho del camino, pero incapaz de tomar en algún momento decisiones que no fueran una mierda.
Crecer también es esto, con Death Note o sin ello.

Valga este gigantesco chascarrillo a costa de la naturaleza humana como demostración de que nos pierde el poder, y la posibilidad de arreglar nuestro mundo con él (que no el mundo en general).
Y por si no hemos pillado la ironía, suena "The Power of Love" para dejárnoslo claro.
Charles
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