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España España · La Coruña
Voto de Ocelot:
9
Bélico. Drama Año 1937. Guerra chino-japonesa. En su avance por territorio chino, las tropas niponas llegan hasta Nanking, la capital, donde cometen toda clase de atrocidades. La historia sigue el destino de varios personajes, unos ficticios y otros reales. (FILMAFFINITY)
11 de diciembre de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
O la masacre de Nanking según Chuan Lu. Estamos ante lo que se podría llamar la Lista de Schindler china, que nos relata una masacre que los cineastas occidentales olvidaron hace mucho tiempo, y que aquí se recupera para mostrarnos un paisaje desolador de los horrores de la guerra. Película, por cierto, que fue la merecida ganadora de la Concha de Oro del Festival de cine de San Sebastián 2009. Es un alivio que aún haya festivales en el mundo que premien al buen cine.

Esta película no tiene protagonista, al menos no uno sólo, sino que es un alegato antibelicista que transita por tres caminos diferentes: un soldado chino que, junto con un niño, intenta sobrevivir a la represión arbitraria de los soldados japoneses, el secretario personal de un comerciante alemán, más preocupado por salvar a su familia que a sí mismo, y por último el retrato de un joven sargento japonés que se debate entre el deber a su país y las atrocidades que está presenciando a manos de sus compatriotas. Y detrás, más grande que esos personajes, está la ciudad de Nanking, sombría, una ciudad de vida que deja paso a la muerte, la desolación y la desesperanza. Ésa es la auténtica protagonista de esta historia.

Con todos estos ingredientes entre manos cualquiera podría pensar que la película caería fácilmente bajo el yugo de los censores chinos, mostrándonos una historia de japoneses malos, muy malos, chinos muy buenos y altas dosis de moralina de por medio. Nada más lejos de la realidad. De hecho, no pocos problemas le causó este filme a su director en su propio país, donde los censores pensaban que se trataba con demasiada condescendencia, e incluso se los mostraba como simples seres humanos, a los mismos japoneses responsables de la masacre. Y es que Lu Chuan no pretende en ningún momento elevar su dedo acusador ni humillar a los nipones. Simplemente elabora un necesario escenario en un respetuoso blanco y negro donde los instintos más bajos del ser humano salen a la luz y no se lucha por vivir, sino por sobrevivir.

Así mismo, también es destacable el excepcional esbozo que hace del olvidado personaje de John Rabe, comerciante alemán que por salvar las vidas de miles de chinos en esa masacre se ganó los apodos de "el Oskar Schindler de Nanking" o "el Buda alemán" y sobre todo es admirable ese final, paradoja de una guerra que nunca debió suceder, en un país que ya nadie recuerda que una vez tuvo su propio holocausto: la masacre de Nanking.
Ocelot
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