Tengo muy claro que si con el tiempo voy a recordar "Ivanhoe", por encima de las mallas de Robert Taylor y de la belleza de sus dos actrices protagonistas, es por ese asalto al castillo en su parte central. Me ha parecido el ataque frontal a una fortaleza más espectacular que recuerdo, sencillamente una cuestión para flipar. Asumo todos los defectos que tiene una película de este tipo, porque por lo visto la Historia nos señala que las cosas no fueron así y por lo tanto tenemos que dudar de todo lo que sucede en nuestra pantalla. La realidad, probablemente, fue otra. Es cierto, hay muchas cosas que son invención y muchas que no fueron exactamente como vemos en este "Ivanhoe". Desde mi punto de vista, ajeno a la cultura inglesa, no me siento ofendido por esta desviación de la realidad histórica, yo he visto una película con grandes estrellas del momento y con un entretenimiento más que aceptable.

Hoy ya no se hacen películas así, esos extras cuando se caen de las escaleras al agua hoy serían píxeles, retocados por ordenador. Todos sabemos que hoy nadie realizaría una película así con arcos y flechas de verdad, incluso hasta se pueden prescindir de los caballos y el vestuario, lo real y lo no real se mezclan en nuestra pantalla cuando vemos películas del actual siglo. En este "Ivanhoe" todos vemos caer a esos asaltantes al castillo y sabemos que realmente su director lo filmó así, esos extras son de carne y hueso porque no había sitio para los efectos digitales. Por eso me ha acabado convenciendo "Ivanhoe", porque esos vestuarios tan saltones en technicolor son únicos de esa época y porque, la verdad, pese al flojo argumento, el entretenimiento va por delante.

Se pueden poner en duda las intenciones de Robert Taylor y hasta puede ser despreciable su forma de hablar, hay quien no entenderá al personaje de Elizabeth Taylor, pero de lo que estoy convencido es que asaltos a un castillo así ya no sólo se pueden encontrar en películas que quedan atrás como este "Ivanhoe".