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Voto de Time Bandit:
8
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1.151
Comedia
Durante la II Guerra Mundial (1939-1945), un barco cargado de whisky naufraga en una isla de Escocia. Los isleños, que no han podido beber alcohol desde hace tiempo, empiezan a idear toda clase de estratagemas para burlar a las autoridades y apoderarse del cargamento. (FILMAFFINITY)
7 de enero de 2014
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1947, Hollywood aprueba una subida de impuestos para la exportación de films, lo que obligará al gobierno británico a exigir un aumento de las producciones nacionales; donde la emblemática Ealing jugará un papel esencial. Los estudios, al ver llenos sus platós; deciden realizar un proyecto donde predominen las escenas en exteriores, y para dirigirla deciden confiar en un joven americano de origen escocés, que hasta entonces se encargaba de realizar storyboards y guiones, llamado Alexander MacKendrick. El resultado de todo eso es esta película, más compleja de lo que parece, que ha quedado en la historia como uno de los más claros ejemplos del humor inglés: en lugar de buscar la risa fácil, utiliza la ironía y la sátira. El mismo año en que Whisky a Go-Go llegó a los cines, también lo hicieron dos de las más emblemáticas producciones de los Ealing Studios: “Ocho sentencias de muerte” y “Pasaporte para Pimlico”.
Todday es una isla pequeña, donde la gente vive tranquilamente; hasta que por culpa de la Guerra Mundial, la ciudad queda seca de Whisky, provocando que la población se hunda en una gran depresión. Una noche, un barco encalla contra las rocas con un cargamento de 50000 botellas de whisky, aunque el capitán inglés Wagget intentará evitarlo, los aldeanos harán todo lo posible por conseguir hacerse con ese tesoro. Cuando el preciado líquido vuelve a la aldea, éste ejerce un poder milagroso entre sus gentes (los ancianos recuperan la vitalidad, los enfermos sanan, los jóvenes recobran el valor, etc).
Pero, aunque a simple vista puede parecer una simple comedia ligera, es mucho más; sobre todo gracias a la labor de Alexander MacKendrick, donde ya empezó a dar muestras de su famoso perfeccionismo. El Capitán Wagger, inglés, representa la civilización y la autoridad de la ley; intentará frenar la anarquía iniciada por los aldeanos. En un principio, la simpatía recae completamente hacia estos últimos, a los que parece el whisky realzan todas sus virtudes; aunque por la parte final el tono se vuelve un poco más claro oscuro, al mostrar al Capitán Wagger con más compasión.
Todday es una isla pequeña, donde la gente vive tranquilamente; hasta que por culpa de la Guerra Mundial, la ciudad queda seca de Whisky, provocando que la población se hunda en una gran depresión. Una noche, un barco encalla contra las rocas con un cargamento de 50000 botellas de whisky, aunque el capitán inglés Wagget intentará evitarlo, los aldeanos harán todo lo posible por conseguir hacerse con ese tesoro. Cuando el preciado líquido vuelve a la aldea, éste ejerce un poder milagroso entre sus gentes (los ancianos recuperan la vitalidad, los enfermos sanan, los jóvenes recobran el valor, etc).
Pero, aunque a simple vista puede parecer una simple comedia ligera, es mucho más; sobre todo gracias a la labor de Alexander MacKendrick, donde ya empezó a dar muestras de su famoso perfeccionismo. El Capitán Wagger, inglés, representa la civilización y la autoridad de la ley; intentará frenar la anarquía iniciada por los aldeanos. En un principio, la simpatía recae completamente hacia estos últimos, a los que parece el whisky realzan todas sus virtudes; aunque por la parte final el tono se vuelve un poco más claro oscuro, al mostrar al Capitán Wagger con más compasión.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El final, con la subida de los precios, vuelve a privar a los aldeanos del whisky; sumiéndolos en la depresión, excepto a los dos enamorados. Éste no es un final moralista añadido de pega; ya que, a parte de estar pensado desde el principio, encaja con todo lo sucedido anteriormente. El Capitán inglés Wagger, reencarnación de la ley y la civilización, fracasa en su intento de detener a los aldeanos, y termina encarcelado por un delito que no ha cometido (contrabando de alcohol), convirtiéndose en el objeto de burla de toda la isla, incluso de su mujer. Aunque parece que los aldeanos se salen con las suyas, las mujeres de éstos (como elementos más racionales) no tardan en condenar la actitud de sus maridos. Y al final, al perder el acceso de whisky debido al aumento del precio, vuelven al estado de infelicidad inicial. En cambio, la feliz pareja formada por el Sargento inglés Odd, y la isleña Peggy; los únicos, según la voz en off final, que no eran aficionados al alcohol, permanecen felices ajenos a todo. Pero este final es algo más que un simple alegato antialcohólico; ya que, tras el rotundo fracaso de las dos opciones extremas, nos muestra un camino intermedio.