El terror en el cine puede tratarse desde muchos prismas. El terror evidente, el terror sobrenatural, el terror natural, terror religioso... Muchos conceptos de terror y uno que es el que ocupa el film de Jeff Nichols: El terror cotidiano. Mientras Curtis LaForche (Michael Shannon) tiene miedo a sus pesadillas y a sus representaciones en la realidad, su mujer Samantha (Jessica Chastain), sufre el miedo de la paulatina transformación de su marido pero, sobre todo, de las consecuencias de dicha transformación. Consecuencias laborales y, por ende, económicas que no puedan costear la operación para su hija. Todo se aboca al desastre, literal que no sobrenaturalmente. El film nos hace preguntarnos segundo a segundo durante el metraje si lo que siente Curtis es el comienzo de una enfermedad mental o bien un don. Nos lleva a plantearnos hipótesis, a adelantar desenlaces. "Take Shelter" es un crucigrama dentro de su supuesta simpleza argumental. "El tipo tiene sueños premonitorios" podemos pensar. "La visita a su madre enferma es una prueba irrefutable de que está enfermo" pensarán otros. Mientras nos preguntamos y nos preguntamos, pensamos y pensamos, el film transcurre de manera cadenciosa, con un ritmo perfecto (en todo momento pasan cosas y no nos dejan aburrirnos) empujándonos suavemente hacia un precipicio, sin darnos cuenta. ¿Dije antes terror cotidiano? Sí, también. Pero lo que ha conseguido "Take Shelter" es mostrarnos otro concepto del terror; el terror sutil. El que vemos pero no apreciamos. El que da más miedo...