Qué gran idea emparejar a un psicólogo y a un policía: el primero arquetipo de un integrante del colectivo con más influencia en el país, y el segundo, de la necesaria y temida, raramente justa y casi siempre corrompida "seguridad del Estado": con este material una historia divertida a la par que emocionante, logrando un crescendo magistral con dos actores formidables.

Tiene momentos que la tornan excelentes, como la magistral secuencia en casa del psicólogo, cuando se encuentran el poli y la esposa del loquero...