La actuaciones son muy buenas, sobre todo la de la protagonista, Amy. La dirección por ahí es demasiado pretenciosa en algunas escenas queriendo hacer que los actos sean demasiados explícitos, pero es algo característico del cine francés, que en muchas ocasiones se esfuerza en ser transgresor, convirtiendo al producto en algo que no es. A veces menos es más.
Sin embargo todo funciona, aunque tal vez el cierre sea algo escueto para la historia, logra calzar y forma una buena película, un poco perturbadora pero que tranquilamente podría decir basada en hechos reales.