A fines de los 70 principio de los 80 hacia furor el cine australiano.
Directores como Bruce Beresford, Peter Weir, George Millar eran reconocidos en todo el mundo.
Russell Mulcahy con esta película se subió a esta ola triunfalista.
La mayoría de ellos siguieron sus carreras en los Estados Unidos con suerte dispar.
Russell Mulcahy se quedo en promesa ya que exceptuando Highlander su carrera nunca levanto vuelo, terminando haciendo películas para TV.
En este caso, Razorback le dio la fama suficiente para trascender las fronteras.
La película fue muy elogiada por la crítica en fecha de su estreno. Pero lamentablemente el tiempo le jugo en contra.
Salvo la fotografía de Dean Semler que es excelente mostrando parajes inhóspitos de Australia, no hay nada para destacar.
No hay suspenso, la historia se dispersa quitando interés a la trama, en el momento que va a suceder algo interesante la escena se corta, el espectador tiene que imaginar que es lo que paso.
El jabalí asesino aparece 3 o 4 veces, solo se le ve la cabeza, con un montaje súper acelerado.
Vi la película con muchas expectativas, pero me encontré con una película muy menor, que no justifica la fama de película de culto que tiene.

Lo mejor: La fotografia que le da a la película un toque sobrenatural.
Lo peor: la impericia de Mulcahy, que teniendo una historia atractiva y un escenario alucinante no pudo hacer una película atractiva.
La escena: el jabalí asesino se lleva a la rastra una vivienda prefabricada.