"The Reckless Moment" supone el cuarto y último título del gran Max Ophuls en su corto exilio en Hollywood antes de volver a Europa en 1950. Rodada el mismo año que su antecesora ("Caught", 1949) tiene en común su vinculación a la serie negra del momento, aunque desde las personales perspectivas de un realizador que siempre tuvo el melodrama en el punto de mira.
Se trata de un film muy estimulante, pese a tener algunas deficiencias en el guión, que compensa con una magnífica planificación y una elegante puesta en escena. Un estilo brillante que conecta con el de algunos magníficos ejemplos del cine negro con la peculiaridad de convertir en protagonistas a dos seres frecuentemente relegados a segundo término, un ama de casa de clase media desahogada y un delincuente.
La dirección de Ophuls es magnífica, empleando sus característicos movimientos de cámara para seguir a los personajes, bien secundado por una notable fotografía en blanco y negro de Burnett Guffey que acrecienta la atmósfera de desasosiego y el sentido del dramatismo de esta mezcla de cine negro, thriller y drama psicológico.

Por último destacar la interpretación de Joan Bennett, sobre la que gira toda la historia, que demuestra que lo mismo puede hacer de manera efectiva de "femme fatale" que de abnegada y sufridora madre de una familia de clase media, muy bien secundada por el gran James Mason.