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España España · Madrid
Voto de Panadero:
3
Acción. Thriller El FBI tiene un programa de entrenamiento para los agentes de la unidad de perfiles psicológicos (Mindhunters) para enseñarles a seguir la pista a los asesinos en serie. Un grupo de agentes está a punto de terminar el duro curso de instrucción. Sólo les queda una última prueba: pasar un fin de semana en una isla remota resolviendo un crimen ficticio, pero lo que ninguno sabe es que entre ellos hay un asesino en serie, entrenado en las ... [+]
1 de febrero de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las sombras del thriller de los 90, la teoría de la conspiración, los entornos artificiales, las posibilidades de la criminología como disciplina científica, el juego elevado a su categoría más trascendental, el intelecto y la capacidad deductiva como forma de arte... Son tantas las ideas acariciadas por Renny Harlin y tan pocos los aciertos...
Debo decir que Harlin siempre me ha parecido un cineasta formulario e impersonal, desde sus inicios en el cine de serie B con títulos dignos del olvido (Pesadilla en Elm Street 4, Presidio) hasta unas películas de acción paquidérmicas que en los 90 ganaron muchos adeptos (Máximo riesgo, La isla de las cabezas cortadas).
Pese al poco crédito de que goza el cineasta, Cazadores de mentes despertó cierta curiosidad al tratar de remedar el éxito de títulos como Seven, aderezando el conjunto con tramas conspiratorias, como las de Cube o El Show de Truman.
Desgraciadamente, el resultado es en exceso convencional y además está clarísimamente orientado a los espectadores más jovencitos, como se puede apreciar en la música de baile que no para de sonar, o en una galería de personajes emocionalmente anémicos. En este sentido resulta ejemplar (ejemplarmente mala, se sobreentiende) la presentación del grupo de detectives, que emplean sus dotes psicológicas para ligar con las chicas en discotecas.
Por lo demás, el desenmascaramiento de una realidad escurridiza, tema fascinante tratado en films como La Huella, de Mankiewicz, se resuelve en Cazadores de mentes a base de mamporros, resultando el film un “cuenta-cadáveres” mecánico y tramposo, que ni de lejos llega a ahondar en las premisas de las que parte.
El film contiene algún logro aislado, alguna imagen que transmite cierta inquietud (el ambiente de la isla-fantasma poblada por maniquíes resulta ciertamente sugestivo), pero difícilmente sorprenderá a un espectador con un mínimo de memoria, de manera que, se adivina, sólo podrá convencer a espectadores despistados, que no hayan entrado a una sala en quince años y se dejen sorprender con facilidad.
Panadero
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