Media votos
5,8
Votos
4.546
Críticas
4.000
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de i42poloj:
7
![](https://filmaffinity.com/images/myratings/7.png)
7,8
22.000
Intriga. Thriller. Cine negro
Inspirada en la novela homónima de Patricia Higsmith. Durante un viaje en tren, Guy, un joven campeón de tenis (Farley Granger), es abordado por Bruno (Walker), un joven que conoce su vida y milagros a través de la prensa y que, inesperadamente, le propone un doble asesinato, pero intercambiando las víctimas con el fin de garantizarse recíprocamente la impunidad. Así podrían resolver sus respectivos problemas: él suprimiría a la mujer ... [+]
8 de junio de 2018
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el mundo de Hitchcock, cualquiera, hasta el hombre más normal, puede ser un asesino. Y una inocente charla en un tren puede derivar en una estupenda trama de suspense que no se puede adivinar cómo terminará. El tal Bruno es un auténtico lobo con piel de cordero.
El ritmo y técnicas narrativas, dentro de los medios de la época, están muy adelantados a su tiempo.
Los actores dan lo mejor de sí mismos, aunque lo más importante es la propia historia, de la cual mientras menos se sepa, mejor.
Se repite el efectivo arquetipo, muy habitual en el cine de Hitchcock, del hombre normal y corriente metido por casualidad en un buen lío que le viene muy grande.
No falta cierto toque de humor negro y la aparición del director, breve pero suficiente como para que le veamos con claridad.
Este título es un claro ejemplo más de lo buen cineasta que era Alfred Hitchcock, capaz de crear muy buenas historias que han quedado como clásicos atemporales, a pesar de contar con medios muy limitados para lo que estamos acostumbrados hoy en día. No olvidemos que estamos hablando del año 1951, nada más y nada menos. En este contexto, claramente es una buena película, ya que vista hoy en día todavía se aprecia su calidad objetiva. Aun así, no es de las que más me gustan de este director.
Eso sí, flojea bastante en el doblaje al castellano, aunque eso no es culpa de la película, claro.
El ritmo y técnicas narrativas, dentro de los medios de la época, están muy adelantados a su tiempo.
Los actores dan lo mejor de sí mismos, aunque lo más importante es la propia historia, de la cual mientras menos se sepa, mejor.
Se repite el efectivo arquetipo, muy habitual en el cine de Hitchcock, del hombre normal y corriente metido por casualidad en un buen lío que le viene muy grande.
No falta cierto toque de humor negro y la aparición del director, breve pero suficiente como para que le veamos con claridad.
Este título es un claro ejemplo más de lo buen cineasta que era Alfred Hitchcock, capaz de crear muy buenas historias que han quedado como clásicos atemporales, a pesar de contar con medios muy limitados para lo que estamos acostumbrados hoy en día. No olvidemos que estamos hablando del año 1951, nada más y nada menos. En este contexto, claramente es una buena película, ya que vista hoy en día todavía se aprecia su calidad objetiva. Aun así, no es de las que más me gustan de este director.
Eso sí, flojea bastante en el doblaje al castellano, aunque eso no es culpa de la película, claro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
¿No son todos un poco mayores para subirse a un tiovivo? Me refiero a la primera escena que se desarrolla en el parque de atracciones. Serán costumbres de otra época ya muy anticuada.
En el final, volvemos al mismo sitio en una secuencia realmente conseguida. Es muy exagerada la velocidad que coge el cacharro, pero consigue ser emocionante. Y por cierto, vaya máquina que es el anciano que se arrastra por debajo cual gusano. ¡Quién lo diría a su edad! Esta escena tuvo que impactar mucho a un público poco acostumbrado a esas cosas.
En el final, volvemos al mismo sitio en una secuencia realmente conseguida. Es muy exagerada la velocidad que coge el cacharro, pero consigue ser emocionante. Y por cierto, vaya máquina que es el anciano que se arrastra por debajo cual gusano. ¡Quién lo diría a su edad! Esta escena tuvo que impactar mucho a un público poco acostumbrado a esas cosas.