El mazazo del 11 de septiembre puso en jaque a la sociedad estadounidense. Un nuevo mundo de terrorismo internacional en el que los servicios de espionaje tuvieron que replantearse toda la realidad geopolítica.
Así que, en caso de amenaza terrorista ¿hasta dónde hay que llegar para salvar vidas? Eso es lo que se nos plantea en ésta y otras películas.
El siempre solvente Samuel L. Jackson tiene bajo custodia a un terrorista confeso que ha puesto tres bombas nucleares, y hay que hacerle hablar para salvar millones de vidas.
En la otra parte tenemos a "Trinity" luchando por los derechos humanos que hasta la más despreciable de las personas debería tener.
La película transcurre prácticamente entera en esta sala de interrogatorio improvisada, lo que al principio parece que no va a dar mucho juego.
Pero las situaciones de tortura y de tensión continuas imprimen un buen ritmo al argumento. Como además es corta, resulta entretenida y eficaz. Siempre he admirado la capacidad de hacer buenos films cuando se desarrollan en un único escenario y con pocos personajes, y ésta lo consigue.
Es una película interesante que hace pensar en el tema mencionado y que además está bastante bien interpretada y que transmite emoción. Un thriller más que decente.