Cuando vi los tráilers y promoción de esta película, decidí no verla porque no me llamaba la atención lo más mínimo. Nunca he visto la película clásica de animación de Disney, y eso es otro factor a tener en cuenta para que esta historia infantil no me atrajera lo más mínimo. De hecho, he comprobado que la mayoría de las (para mí sorprendentes) críticas positivas de la página, son de personas que adoran la cinta de animación.
Pero luego me enteré de que en la banda sonora había un tema de Lindsey Stirling, concretamente una colaboración con “Andrew McMahon in the wilderness”, que se titula “Something wild” y es un auténtico temazo. Como soy un ferviente admirador de la extraordinariamente talentosa violinista americana, me dije que al menos algo bueno tenía que tener, y solo por eso me he animado a ver esta película. ¡¡Craso error!!
Había una vez un dragón verde de peluche, con cara de perro, que parecía una versión esmeralda del que sale en “La historia interminable”. Se encontró con un niño perdido en su bosque, de manera que se hicieron amiguitos. El niño es igual que Mowgli, que para eso estamos en Disney y hay que ir sobre seguro.
El dragón no habla pero lo entiende todo (como Chewbacca más o menos). Y menos mal que no habla, porque si lo hiciera, seguro que lo ponían también a cantar para rellenar tiempo y sería mucho peor todavía. Por cierto, que no explican de dónde viene este bicho. Simplemente está ahí y punto, nos lo tenemos que tragar por las buenas.
Tenemos también al genial Robert Redford. Esto podría darle prestigio a la película si no fuera porque el actor hace un papel horrible, indigno de su carrera, con el que parece que se estaba aburriendo en su casa o que ya no sabe qué hacer para dar los coletazos a su extensa carrera. Y no me invento nada porque hace poco ha anunciado que se retira de la actuación. Para hacer esto, mejor que se hubiera retirado antes.
También tenemos a Jessica Chastain….. ¡ah, no, que es Bryce Dallas Howard! ¿Por qué siempre me confundo con estas actrices? ¡No puedo evitarlo! En fin, en vez de correr con tacones frente a tiranosaurios, aquí se dedica a hacer el imbécil, porque en lugar de escolarizar al niño salvaje, va y se lo queda en su casa y punto. Ahí llevas. Vaya madrastra.
El humor es muy tonto, aunque afortunadamente tiene poco. No me hace mucha gracia ver a Karl Urban “moqueado” o las caras de perrito apaleado que pone el dragón de vez en cuando. Pero bueno, es que es para niños. Y he ahí el problema. Esta película es intrínsecamente infantil. Solo la veo apta para mentes muy jóvenes que no hayan tenido tiempo de ver mucho cine y se pueden impresionar por este dragón tan feo y una historia de cuento de antes de dormir. O también, como he dicho antes, para los que vieran la de dibujos en su momento y les tire mucho la nostalgia, que como no es mi caso, me da igual.
Es tópica, previsible (copia a “E.T.” en muchos aspectos), simple y en el fondo muy pero que muy aburrida. No la recomiendo para nada.
Moraleja: por muy diosa de la música que sea mi querida Lindsey Stirling, que un tema suyo salga en una película no la va a hacer buena solo por eso.